INTERNACIONAL
a un mes de las elecciones

Tras la salida de Añez, la campaña se polariza en Bolivia: MAS o Mesa

20200919_jeanine_anez_bolivia_apf_g
Voto útil. La presidenta Jeanine Áñez abandonó la contienda por su caída en las encuestas, que la ubicaban cuarta y sin chances. | apf

Bolivia avanza hacia un polarizado duelo electoral entre el candidato izquierdista Luis Arce, delfín de Evo Morales, y el ex presidente Carlos Mesa, luego de que la mandataria derechista, Jeanine Áñez, abandonara la contienda a un mes de los comicios.

Una encuesta difundida esta semana por la fundación católica Jubileo, con el apoyo de una red de universidades públicas y privadas, aceleró el jueves la decisión de Áñez de abandonar la carrera presidencial para impedir la victoria de Arce.

La mandataria explicó que tomó esa decisión “ante el riesgo de que se divida el voto democrático entre varios candidatos y que a consecuencia de esa división el MAS (Movimiento Al Socialismo, liderado por Morales) acabe ganando la elección” del 18 de octubre.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

“Si no nos unimos vuelve Morales, vuelve la dictadura”, afirmó, acompañada de quien era su compañero de fórmula, Samuel Doria Medina. “Lo hago para ayudar a la victoria de los que no queremos la dictadura y en homenaje a la lucha del pueblo boliviano para que se vaya para siempre la dictadura”, añadió.

La Constitución estipula que un candidato gana en primera vuelta si obtiene el 50% más un voto o alcanza al menos el 40% con diez puntos de distancia sobre su escolta. Si no se da alguno de estos casos, el 29 de noviembre habrá una segunda vuelta entre los dos postulantes con más votos.

Áñez asumió el mando en noviembre de 2019, tras la renuncia de Morales por una fuerte convulsión social, y un pronunciamiento militar, luego de unos cuestionados comicios.

Al asumir prometió encabezar un gobierno de transición con el único fin de garantizar nuevas elecciones en 2020, pero en enero anunció su postulación.

Por ello su decisión de lanzarse a la carrera electoral en busca de un mandato de cinco años fue muy criticada por sus adversarios y algunos aliados.

Desde entonces se complicó su gestión de gobierno, incluido el manejo de la pandemia del coronavirus y fue blanco de acusaciones de que usaba fondos públicos para financiar su campaña.

“Escenario polarizado”. Luis Arce, ministro de Economía durante los 14 años del gobierno de Morales (2006-2019), encabeza la intención de voto con el 29,2%, según Jubileo. Le sigue Mesa con 19% y más atrás el derechista líder cívico regional Luis Fernando Camacho, con 10,4%. Áñez tenía apenas 7%.

Bolivia “va a llegar a una elección ante un escenario polarizado entre Luis Arce y Carlos Mesa”, indica la académica y politóloga María Teresa Zegada. 

“Lo que nos muestran estas encuestas es que estas elecciones serán de final abierto, que se van a definir posiblemente el mismo día de la elección”, explica por su parte Daniel Valverde, profesor de ciencias políticas y derecho de la estatal Universidad Gabriel René Moreno.

Ambos analistas consideran como lo más probable es que haya una segunda vuelta entre Arce y Mesa.

Las elecciones presidenciales y legislativas de este año, que fueron postergadas tres veces por la pandemia, reemplazan a los comicios de octubre de 2019, que derivaron en protestas que condujeron a la renuncia de Morales y que luego fueron anulados.

En esa votación, el Tribunal Supremo Electoral (TSE), acusado de estar al servicio de Morales, lo declaró vencedor en primera vuelta para un cuarto mandato consecutivo (2020-2025). Pero su triunfo generó denuncias de fraude y una ola de protestas. Luego de que las Fuerzas Armadas se negaran a respaldarlo, Morales renunció, 20 días después. Primero se asiló en México y luego en Argentina, y fue reemplazado por la derechista Áñez, quien era senadora.

Las protestas, antes y después de su renuncia, provocaron al menos 35 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).