Donald Trump reveló una vez más su estatura política y moral. Lo hizo al descalificar a haitianos, salvadoreños y africanos, a los que llamó inmigrantes de “países de mierda”, durante una reunión en la Casa Blanca con senadores republicanos y demócratas, en la que discutían una ley migratoria para regularizar el estatus legal de los dreamers. El presidente de Estados Unidos buscó ayer despegarse del escándalo internacional y negó haber pronunciado esa frase, pero fue desmentido por uno de sus interlocutores, el legislador opositor Rick Durbin.
“¿Por qué tenemos a toda esta gente de países de mierda viniendo aquí?”, preguntó, para luego añadir que prefería inmigrantes de países nórdicos, como Noruega. La afirmación, revelada por The Washington Post y confirmada por Durbin, se produjo cuando le plantearon reasignar la mitad de los 50 mil permisos de la “lotería de visados” a aquellos inmigrantes que hasta ahora estaban protegidos por el Estatus de Protección Temporal (TPS), entre ellos ciudadanos de El Salvador, Nicaragua, Haití y Sudán, que escaparon de desastres naturales o contextos políticos violentos.
Trump recurrió ayer a su arma favorita, su cuenta de Twitter, para defenderse y negar haber injuriado a esas personas. Si bien admitió que en la reunión se dijeron cosas “duras”, declaró que “ese no fue el lenguaje utilizado”. “Nunca dije alguna cosa despectiva sobre los haitianos, más allá de decir que Haití es, obviamente, un país muy pobre y con muchos problemas. Nunca dije ‘échenlos’. Fue inventado por los demócratas. Tengo una maravillosa relación con los haitianos”, escribió el jefe de Estado norteamericano. The Washington Post, en cambio, informó que el presidente pidió que los deporten. “¿Por qué necesitamos más haitianos?”, habría asegurado, según fuentes citadas en condición de anonimato.
Poco después, el senador demócrata Rick Durbin, quien participó de la reunión, declaró que Trump efectivamente se refirió a “países de mierda” y que además lo hizo de forma reiterada. “El dijo esas cosas llenas de odio, y las dijo repetidamente. Hizo esas declaraciones viles y vulgares, llamando a esas naciones países de mierda”, se lamentó Durbin. “Le dije al presidente: ‘¿Se da cuenta de cuán doloroso es ese término para tanta gente? Los afroamericanos creen haber emigrado encadenados a los Estados Unidos. Cuando habla así les duele personalmente’. A lo que él contestó: ‘Oh, esa es buena’”, agregó el legislador.
Ley bajo amenaza. Trump recibió el jueves en la Casa Blanca a un grupo de legisladores demócratas y republicanos para discutir una ley que sustituya al Programa de Acción Inmigratoria Diferida (DACA), derogado por el republicano. El republicano Lindsey Graham y el demócrata Durbin buscaban alcanzar un acuerdo bipartidista, pero al llegar notaron que Trump estaba acompañado de legisladores que defienden la “mano dura” con los inmigrantes.
Tras pronunciar la controvertida frase, el magnate inmobiliario defendió una inmigración “basada en el mérito” y advirtió sobre la llegada masiva de personas de países con “alta criminalidad”. “Quiero seguridad para nuestra gente”, afirmó.
El DACA beneficiaba a 680 mil dreamers, jóvenes que llegaron de niños y adolescentes a los Estados Unidos. Se trata de extranjeros que se sienten norteamericanos, muchos de los cuales estudiaron en la universidad y se integraron a la sociedad que los acogió. Entre ellos hay 4.774 argentinos que podrían ser deportados en los próximos meses, cuando venza el programa. El presidente había amenazado una semana antes con que no habría ley si no acordaban destinar fondos para la construcción del muro en la frontera con México, una de sus más controvertidas promesas de campaña.
Críticas. En pocas horas el exabrupto generó una fuerte ola de indignación internacional. Haití catalogó como “inaceptables” las declaraciones “odiosas y abyectas” del jefe de Estado. “Expreso formalmente una protesta y rechazo enérgicamente ese tipo de expresiones”, declaró, por su parte, el canciller de El Salvador, Hugo Martínez. El vocero del Alto Comisionado para Derechos Humanos de la ONU, Rupert Colville, agregó: “La única palabra que se puede utilizar es ‘racista’”.
Reacción argentina: “Trump nos insultó a todos”
Si bien el presidente Donald Trump no mencionó a la Argentina como un “país de mierda”, la comunidad de dreamers argentinos reaccionó tras su injuriosa declaración. María Bilbao nació en Entre Ríos y se afincó en Miami hace 17 años. Es madre de Thomas, un joven dreamer argentino que consiguió la residencia, y milita en la organización United We Dream, donde participa de una intensa campaña para evitar las deportaciones de inmigrantes. La declaración de Trump no la sorprendió, pero sí la indignó. “Hay mucha unión en las comunidades. Trump nos insultó a todos. Esta administración tiene una agenda de supremacía blanca. Ellos nos desprecian, para ellos somos eso que él dijo”, afirmó a PERFIL. “Me sorprende que este país haya elegido a una persona así, pero su visión no me sorprende. Lo sabíamos desde el principio. Su agenda es tratar de sacarnos como sea. El está tomando de rehén a los dreamers”, agregó.