Tiene apenas 16 años, pero ya es un ícono de Manhattan. Su construcción estuvo rodeada de controversias, como toda la vida de su fundador. Ubicada en la United Nations Plaza entre las calles 47 y 48, la Trump Tower fue escenario de buena parte de la campaña de Donald Trump y luego de las protestas contra el último presidente electo de los Estados Unidos.
Con sus 262 metros de altura repartidos en 72 pisos, todo indica que la Torre Trump será central durante el mandato del 45° presidente del país norteamericano. Incluso ya lo es ahora, dos meses antes de que asuma el mando, cuando el magnate inmobiliario se reúne con su círculo íntimo para definir su futuro gabinete, en el que ya genera internas su hijo, Donald Jr.
Frente a la torre se congregaron miles de personas después de las elecciones del 9 de noviembre último, para protestar contra la consagración del candidato del Partido Republicano por sus expresiones misóginas y racistas. Y en el mismo lugar, en el este de la capital neoyorquina, se reúnen varios de quienes lo respaldan, incluso con pancartas y mensajes de apoyo.
A pesar de la seguridad reforzada por albergar al sucesor de Barack Obama, PERFIL logró ingresar al emblemático edificio y dialogar con partidarios republicanos, residentes del lugar y parte del personal que hace funcionar todos los días la Trump Tower.
