INTERNACIONAL
atentado contra la guardia nacional

Trump utiliza el ataque en Washington para endurecer su política antimigrantes

El atentado contra dos agentes de la Guardia Nacional, uno de los cuales resultó muerto, reavivó tres temas políticamente explosivos en Estados Unidos: el controvertido despliegue de militares en las ciudades gobernadas por la oposición demócrata, la inmigración y el legado de la cruenta guerra en Afganistán. Donald Trump anunció que revocará millones de visados concedidos durante el gobierno de Joe Biden y frenará la migración desde países del “tercer mundo”. Además, evaluarán la Green Card que otorgaron a ciudadanos de 19 países.

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Crimen. Miembros de la Guardia Nacional en el lugar del ataque en Washington y la imagen de la agente Sarah Beckstrom, de 20 años, asesinada por el atacante. | afp

El ataque armado de un afgano excolaborador de la CIA contra una pareja de jóvenes integrantes de la Guardia Nacional en Washington, que terminó con la muerte de uno de los agentes, causó conmoción en Estados Unidos y reavivó tres temas políticamente explosivos: el uso controvertido que hace el presidente Donald Trump de los militares dentro del país, la inmigración y el legado de la guerra en Afganistán.

Pocas horas después del tiroteo, el mandatario anunció que suspenderá la migración de “países del tercer mundo” y amenazó con revertir “millones” de visados concedidos bajo el gobierno de su predecesor, el demócrata Joe Biden, en una nueva escalada de su postura antimigratoria.

Según los jefes del FBI, la CIA y el Departamento de Seguridad Nacional, el autor del ataque, Rahmanullah Lakanwal, llegó a Estados Unidos sin supervisión adecuada debido a políticas de asilo laxas del gobierno de Biden tras la caótica retirada de Estados Unidos de Afganistán.

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AfghanEvac, un grupo que ayudó a reasentar a afganos en EE.UU. tras la retirada militar, afirmó sin embargo que los ciudadanos del país asiático habían pasado por algunas de las verificaciones de seguridad más completas entre todos los migrantes.

El ataque. El FBI inició una investigación terrorista internacional a medida que surgieron nuevos detalles sobre el atacante, un ciudadano afgano de 29 años que era miembro de las Unidades Cero, un grupo antiterrorista respaldado por la CIA, según informes de las fuerzas estadounidenses.

El tiroteo ocurrió el miércoles, cuando Lakanwal viajó a través del país desde Bellingham (estado de Washington, en la costa oeste) hasta Washington DC y “emboscó” a una patrulla de la Guardia Nacional que recorría la ciudad.

La fiscal de Washington DC, Jeanine Pirro, dijo que el hombre abrió fuego con un revólver Smith and Wesson, calibre .357, contra el grupo y causó graves heridas a la agente Sarah Beckstrom, de 20 años, quien murió poco después.

El otro herido es Andrew Wolfe, de 24 años, quien estaba “luchando por su vida”. Lakanwal también se encontraba grave por los disparos que recibió de otros miembros del grupo.

Tanto el FBI como la fiscal señalaron que todavía no tenían una comprensión clara del motivo detrás del ataque.

Embestida. “Pausaré permanentemente la migración de todos los países del tercer mundo para permitir que el sistema estadounidense se recupere completamente”, escribió Trump en las redes sociales.

El mandatario relacionó el tiroteo con su decisión de enviar cientos de tropas de la Guardia Nacional a la ciudad capital, como medida para contener el supuesto crecimiento de la delincuencia. “Si no hubieran sido eficaces, probablemente no se habría hecho esto. Quizás este hombre estaba molesto porque no podía delinquir”, argumentó Trump.

Joseph Edlow, director de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU., sostuvo que había ordenado “una reevaluación rigurosa y a gran escala de cada Tarjeta Verde (Green Card) para cada extranjero de cada país de preocupación”.

Su agencia luego señaló una lista de 19 países, incluidos Afganistán, Cuba, Haití, Irán y Myanmar, que enfrentan restricciones de viaje a EE.UU. según una orden previa de Trump de junio.

Más de 1,6 millones de titulares de tarjetas verdes estadounidenses, aproximadamente el 12% de la población total de residentes permanentes, nacieron en los países enumerados, según los últimos datos de inmigración disponibles en el “Tablero de indicadores de elegibilidad para la naturalización” de la agencia.

Cuba representa la mayor proporción, con alrededor de 560 mil titulares de tarjetas verdes, seguida de Haití (235 mil) y Venezuela (153 mil).

Afganistán, que tiene más de 116 mil titulares de tarjetas verdes, también se ve afectado por una suspensión total del procesamiento de solicitudes de inmigración, ordenada por la administración Trump después del tiroteo.

El legado afgano. El director de la CIA, John Ratcliffe, dijo que el sospechoso había sido parte de una “fuerza asociada” respaldada por la CIA que luchaba contra los talibanes en Afganistán y que había sido traído a Estados Unidos como parte de un programa para evacuar afganos que habían trabajado con la agencia.

Los jefes del FBI, la CIA y el Departamento de Seguridad Nacional, así como otros altos funcionarios designados por Trump, insistieron en que a Lakanwal se le había concedido acceso sin control a Estados Unidos debido a las laxas políticas de asilo tras la caótica retirada final de Afganistán bajo el mandato del expresidente Biden.

El jefe del Pentágono, Pete Hegseth, anticipó que debido al ataque a la Guardia Nacional, se desplegarían 500 soldados más en Washington, lo que elevaría el total a 2.500.

Trump ha desplegado tropas en varias ciudades, todas gobernadas por la oposición demócrata, incluyendo Washington, Los Ángeles y Memphis.

Esta medida ha provocado múltiples demandas y acusaciones de extralimitación autoritaria por parte de la Casa Blanca.

*AFP.

Retirada caótica y persecución

La situación de los ciudadanos afganos que colaboraron con las fuerzas de EE.UU. y países europeos (coalición internacional) durante la invasión y posterior ocupación del país fue de extrema vulnerabilidad y riesgo.

Tras la rápida retirada de Estados Unidos y la coalición en agosto de 2021 y el posterior colapso del gobierno afgano, la toma del poder por parte de los talibanes puso en peligro inmediato a miles de afganos. Aquellos que trabajaron como traductores, personal de apoyo en bases militares, contratistas o en proyectos de desarrollo financiados por Occidente enfrentaron una amenaza directa de represalias, detención o ejecución.

A pesar de la existencia de programas como el Special Immigrant Visa (SIV) de EE.UU. (y programas similares de países europeos), el proceso fue notoriamente lento y burocrático. La velocidad de la ofensiva talibán superó con creces la capacidad de los países occidentales para procesar las solicitudes y garantizar una evacuación segura. Además, muchos colaboradores recibieron promesas de reubicación y protección que no se cumplieron o se demoraron indefinidamente.