Las costas del océano Pacífico, desde América del Sur hasta Estados Unidos, se pusieron en alerta máxima por tsunami este miércoles tras el terremoto de magnitud 8.8 que sacudió la península de Kamchatka, en Rusia. Sin embargo, el tsunami resultó ser un "fiasco", con olas mucho más pequeñas de lo previsto y daños prácticamente insignificantes en la mayoría de las regiones afectadas.
Mientras países como Chile, Perú y Ecuador vivieron horas de tensión, amplificadas por una cobertura mediática que resaltó escenarios catastróficos, los efectos reales fueron mínimos, lo que dejó en evidencia un desfase entre las expectativas generadas comunicacionalmente y la realidad.
El sismo ocurrió a las 23:24 (hora Argentina) de este martes, con epicentro a 136 km al sureste de Kamchatka, a una profundidad de aproximadamente 21 kilómetros, según el Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) y el Centro Sismológico Euro-Mediterráneo (EMSC).
Catalogado como el sexto terremoto más potente a nivel mundial y el mayor en Kamchatka desde 1952, tuvo lugar en el Cinturón de Fuego del Pacífico, lo que desencadenó alertas inmediatas de tsunami.
El Centro de Alerta de Tsunamis del Pacífico (PTWC) y la Unesco emitieron advertencias a las 23:34 (hora Argentina), y pronosticaron olas de 3 a 5 metros en Kamchatka y las islas Kuriles, y de 1 a 3 metros en Japón, Hawái, Chile y Ecuador.
Sin embargo, en Kamchatka, las olas apenas causaron inundaciones leves en el puerto de Severo-Kurilsk y daños menores en una planta pesquera, sin víctimas. En Japón, las olas no superaron los 50 centímetros, y en Hawái fueron de hasta un metro y medio, pero sin daños.
En América del Sur, Chile registró las olas más altas (2,4 metros), y Ecuador reportó oleajes de apenas un metro en las Islas Galápagos, ambas sin consecuencias significativas. En Perú, el mar retrocedió 100 metros en la zona de Piura, pero no se observaron olas relevantes.
La cobertura mediática, sin embargo, amplificó la percepción del riesgo. En países como Chile, Perú y Ecuador, titulares de cadenas internacionales y locales destacaron el potencial de un "tsunami devastador", y evocaron recuerdos de eventos como el de 2011 en Japón o el ocurrido en Tailandia durante 2004.
Imágenes de archivo de olas destructivas y titulares alarmistas dominaron las transmisiones, a su vez que generaron ansiedad en la población y alimentaron las evacuaciones masivas.
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En redes sociales, terreno sumamente fértil para el alarmismo, publicaciones virales exageraron los pronósticos, y omitieron que las alertas se basan en modelos conservadores para garantizar la seguridad. Esta narrativa contribuyó a un clima de temor desproporcionado, especialmente en regiones donde el impacto fue nulo o mínimo.
Evacuaciones masivas por una amenaza que no se concretó
Las alertas movilizaron a millones de personas, pero los efectos fueron casi inexistentes. En Japón, la Agencia Meteorológica (JMA) evacuó a casi 2 millones de personas, pero las alertas se levantaron a las 03:00 (hora Argentina) de este miércoles.
En Hawái, se evacuaron zonas bajas como Honolulu, que terminaron sin daños reportados. En Chile, el Servicio Hidrográfico y Oceanográfico de la Armada (SHOA) activó una alerta roja, se evacuó Isla de Pascua y regiones como Arica, pero finalmente rebajaron las alertas a las 06:00 (hora Argentina) de este miércoles.
En Ecuador, casi 1500 personas fueron evacuadas en las islas Galápagos, y en Perú se cerraron 126 puertos, pero ambos países levantaron las alertas a las 20:00 (hora Argentina) de este miércoles. México, Colombia, Panamá, Costa Rica, Polinesia Francesa, Filipinas e Indonesia también emitieron avisos, pero finalmente no reportaron impactos.
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En Kamchatka, epicentro del terremoto, los daños se limitaron a derrumbes parciales en una guardería y el aeropuerto de Elizovo, con cuatro heridos leves. Las réplicas, incluida una de magnitud 6.2, no generaron nuevas olas. Por otra parte, la erupción del volcán Klyuchevskoi, desencadenada por el sismo, no causó daños adicionales.
En Japón, se evacuaron 4000 trabajadores de las centrales nucleares de Fukushima y Daini, sin anomalías. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó que ninguna instalación nuclear en el Pacífico resultó afectada.
A pesar de la alarma inicial, magnificada por una cobertura mediática que priorizó el sensacionalismo sobre la precisión, el tsunami tuvo un impacto prácticamente nulo. La mayoría de los países retomaron la normalidad antes de las 08:00 (hora Argentina) de este jueves.
NG/MU
