El primer ministro de Israel, Ehud Olmert, anunciará hoy su renuncia. Esa decisión abrirá el camino para que la canciller Tzipi Livni, que el miércoles ganó las internas de Kadima, inicie su camino para llegar al poder. Podría esta misma semana, formar gobierno y convertirse en la premier del país.
Es que una vez que Olmert dimita, luego de ser acusado de corrupción, el presidente israelí Shimon Peres iniciará siete días de consultas con los diversos partidos antes de designar a Livni para que forme una mayoría parlamentaria y nuevo gobierno. Mientras tanto, Olmert seguirá a la cabeza de un gobierno de transición hasta la formación del nuevo gabinete.
Tras los siete días de consultas de Peres, Livni tendrá 42 días para formar gobierno. De lo contrario, el Parlamento se disolverá y convocará a elecciones anticipadas en un plazo de tres meses. En ese caso, las encuestas le dan una leve ventaja al ex premier de derecha Benjamín Netanyahu, jefe del derechista partido Likud, favorecido por su discurso de seguridad nacional frente a las amenazas nucleares de Irán.
El futuro de la coalición de Livni depende de la posición del ultraortodoxo partido Shass, que ya puso como condición el rechazo de “ cualquier negociación sobre el futuro de Jerusalén”, en referencia al estatuto de la parte oriental de la ciudad, ocupada por Israel en 1967. La derecha religiosa reclama también el aumento de subsidios a las familias con varios hijos, que suele ser el caso de los ortodoxos. Pero Livni se acerca hacia los partidos seculares, progresistas.
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