AFP
Desde Kiev
Un clima demodé de Guerra Fría se apoderó ayer de Europa oriental, cuando miles de ucranianos reclamaron en las calles de Kiev la renuncia del presidente Viktor Yanukovich, luego de que rechazase un acuerdo con la Unión Europea (UE) y optase por buscar lazos más estrechos con Rusia. En tanto, las autoridades del bloque económico, que perdieron una oportunidad de extenderse hacia el Este, embistieron contra Moscú, al que acusaron de presionar a Ucrania para frustrar su incorporación a Occidente.
Pese a que Bruselas firmó acuerdos de asociación con Georgia y Moldavia, la tardía negativa de Ucrania ensombreció la cumbre de dos días con los socios orientales de la UE. “No debemos ceder a presiones externas, especialmente de Rusia”, dijo el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy. En tanto, el titular de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, añadió que “el tiempo para una soberanía limitada se acabó en Europa”, y dijo que Rusia aún considera a Ucrania un vecino servil. “Hubo presiones, sin dudas, sobre todo por medio del gas”, dijo el presidente francés, François Hollande.
En un video dado a conocer por la Presidencia de Lituania, Yanukovich le dijo a la canciller alemana, Angela Merkel, que “la situación económica de Ucrania es muy difícil”. “Yo he estado cara a cara con Rusia en los últimos tres años y medio bajo condiciones muy desiguales”, agregó el jefe de Estado.
Sin embargo, en Kiev se desató una ola de indignación popular. Muchos de los manifestantes llevaban banderas ucranianas y de la UE y rompieron retratos del jefe de Estado, que desechó ayer el acuerdo de libre comercio en la cumbre comunitaria de Vilna. Yanukovich cambió abruptamente el curso de la integración con la Unión Europea la semana pasada, cuando su gobierno anunció que había suspendido los preparativos para la firma del acuerdo. La decisión enfureció a muchos en Ucrania, donde casi la mitad de la población está a favor de lazos más estrechos con el bloque.
Yanukovich argumentó que Ucrania no puede darse el lujo de sacrificar el comercio con Rusia, país al que definió como el principal socio.