Una vez más, la pendular actitud del presidente estadounidense Donald Trump se inclinó por Rusia. Ayer le dio un ultimátum al mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, para que aceptara en los próximos cinco días el plan de paz propuesto por su administración o dejará de contar con su respaldo.
Fijó el 27 de noviembre, Día de Acción de Gracias en EE.UU., como fecha límite para que Ucrania le dé una respuesta sobre su plan para poner fin al conflicto con Rusia.
“Si las cosas funcionan, tiendes a extender las fechas límite. Pero el próximo jueves creemos que es una fecha apropiada”, respondió Trump en una entrevista con la radio Fox. Y consideró que si los combates continúan, los ucranianos de todas formas “perderían en poco tiempo” los territorios que deberían, si este plan fuera validado, ceder a Rusia. “Han sido muy valientes”, declaró en referencia a los combatientes ucranianos.
El presidente ruso, Vladimir Putin, “no quiere más guerra”, aseguró además Trump, interrogado sobre la posibilidad de que Rusia ataque a otros países de la región después de Ucrania.
Putin, por su parte, sostuvo ayer que el plan de Trump puede lograr un acuerdo definitivo, pero al mismo tiempo amenazó con conquistar más territorio si Kiev lo rechaza. “Puede sentar las bases para un acuerdo de paz definitivo, pero este plan no se discute con nosotros de forma concreta”, declaró Putin durante una reunión gubernamental.
Rechazo y cautela. El presidente Volodimir Zelenski rechazó en un primer momento el plan estadounidense, percibido en Kiev como muy favorable al Kremlin, y aseguró que no “traicionará” a su país.
“Ucrania podría enfrentarse a una elección muy difícil: la pérdida de dignidad o el riesgo de perder a un socio clave”, Estados Unidos, declaró el mandatario en un mensaje a la nación. “Estamos atravesando uno de los momentos más difíciles de nuestra historia”, apuntó.
Los 28 puntos del plan respaldado por Trump exige que Kiev ceda territorios ocupados a Rusia, renuncie a la adhesión a la OTAN, reduzca sus fuerzas armadas y organice elecciones.
Las propuestas estadounidenses auguran “una vida sin libertad, sin dignidad, sin justicia. Y creerle a alguien que ya ha atacado dos veces”, insistió Zelenski en referencia a Rusia, que lanzó su invasión de Ucrania en febrero de 2022 y anexionó la península de Crimea en 2014. De todas maneras, no cerró la puerta a una negociación. “Presentaré argumentos, persuadiré, propondré alternativas”, declaró.
Tras el mensaje público, lo llamaron inmediatamente el vicepresidente estadounidense JD Vance y el secretario del Ejército estadounidense Dan Driscoll, con quienes dialogó durante “casi una hora”.
“Ucrania siempre ha respetado y sigue respetando el deseo del presidente estadounidense Donald Trump de poner fin al derramamiento de sangre”, señaló Zelenski en las redes sociales, luego de la conversación, demostrando que está dispuesto a negociar.
Desde la Casa Blanca explicaron que nada está cerrado. “El presidente Trump está trabajando con ambas partes para poner fin lo más pronto posible a la guerra, que ha durado demasiado tiempo”, dijo un funcionario del entorno presidencial.
Respaldo europeo. Zelenski también se puso en contacto de urgencia con los dirigentes de Francia, Alemania y Reino Unido, sus principales aliados frente a Rusia.
Los dirigentes europeos expresaron su “apoyo inquebrantable” a Ucrania y “acordaron seguir persiguiendo el objetivo de preservar a largo plazo los intereses vitales europeos y ucranianos”, declaró el gobierno alemán.
Según la presidencia francesa, los socios reafirmaron que “todas las decisiones que tengan implicaciones para los intereses de Europa y de la OTAN requieren el apoyo conjunto y el consenso de los socios europeos y de los aliados de la OTAN”.
Concesiones. La propuesta de Washington retoma varias demandas formuladas por Rusia y rechazadas por Kiev, entre ellas que Ucrania ceda el este del país y acepte la ocupación de una parte del sur de Ucrania.
Las dos regiones de la cuenca minera e industrial del Donbás, Donetsk y Lugansk (este), así como la península de Crimea anexionada en 2014, serían “reconocidas de facto como rusas”, y Moscú recibiría otros territorios ucranianos que aún hoy están bajo el control de Kiev.
Ucrania debería comprometerse a no entrar nunca en la OTAN, la alianza militar de Occidente, no podría desplegar fuerzas occidentales en su territorio y su ejército debería limitarse a 600 mil soldados. Tendrá que conformarse con una protección de aviones de combate europeos estacionados en Polonia.
*AFP.