Escenas de pánico se vivieron ayer en el aeropuerto internacional de San Francisco, California, cuando un Boeing 777 de la compañía coreana Asiana Airline, proveniente de Seúl y con 291 pasajeros y 16 tripulantes a bordo, se estrelló en la pista luego de un aterrizaje fallido. Al cierre de esta edición, la prensa estadounidense informaba sobre dos muertos y al menos 61 heridos por el accidente, aunque todavía no había confirmación oficial de las autoridades.
La Autoridad Federal de Aviación (FAA) dijo que el avión se accidentó al tocar tierra, aunque no precisó si fue por una maniobra equivocada del piloto. Las imágenes televisivas mostraban al Boeing fuera de pista, envuelto en una nube de humo blanco con casi la totalidad de su techo calcinado. Según testimonios de los pasajeros, la cola de la aeronave golpeó la pista al aterrizar y se desprendió, mientras que el choque provocó una bola de fuego.
El vuelo 214 se estrelló a las 11,30 hora local luego de diez horas de viaje desde Seúl. El avión llegó bajo un cielo soleado y un viento ligero, condiciones perfectas para aterrizar. Pero, de acuerdo con el relato de los testigos, la nave descendió en un ángulo extraño. “No logró enderezarse antes de llegar a la pista. El avión giró sobre sí mismo y la cola se desprendió. Estábamos seguros de que veríamos morir a mucha gente, fue horrible”, relató Stephanie Turner a ABC News.
Fuentes aeroportuarias afirmaron al Daily News que hubo dos víctimas mortales. En tanto, los canales locales informaban que al menos 61 personas heridas habían sido trasladadas a hospitales de la zona. Según el Daily, diez de los pasajeros hospitalizados, entre ellos dos niños, sufrieron heridas graves. El aeropuerto de San Francisco canceló todos sus vuelos luego del episodio, y la policía de California cerró las autopistas de la zona.
La cadena CNN mostró imágenes aéreas del avión en las que se podía observar a la máquina en la pista directamente apoyada sobre su panza, con una larga sección del fuselaje quemada y destruida y con rastros de un incendio en la parte posterior.
Bomberos y socorristas trabajaban en el lugar para apagar el fuego y evacuar a los pasajeros y la tripulación. El Boeing quedó tapado de material ignífugo blanco que le arrojaron para extinguir las llamas. Un pasajero colgó en Twitter una foto en la que se observaba a los pasajeros saliendo del avión mediante un tobogán inflable desplegado por los rescatistas.
“Llamas y socorristas por todos lados. Están evacuando a los heridos. No me sentía así desde el 11 de setiembre!”, tuiteó el pasajero David Eun. “Apenas aterrizado en emergencia. La cola se desprendió. La mayor parte de nosotros parece estar bien. Estoy en el lugar”, escribió por su parte Joe Passantino. “La nariz del avión estaba más elevada de lo normal para un aparato en fase de aterrizaje, y me dije que era raro”, relató a ABC News Stepehn Dear, un testigo del accidente. “Se fue acercando cada vez más, y vi cómo la cola tocaba el piso”, agregó.
Asiana Airlines es la segunda mayor aerolínea de Corea del Sur. La aerolínea ya había sufrido varios accidentes en los últimos años. En julio de 2011, un Boeing 747 de Asiana se estrelló en aguas coreanas. Dos pilotos murieron y las tareas de rescate costaron 190 millones de dólares. En 1993, un vuelo doméstico de la aerolínea se estrelló en una colina del suroeste de Corea del Sur y 68 personas murieron a bordo.
El último accidente aéreo fatal en los Estados Unidos había ocurrido en 2009, cuando una nave operada por la pequeña aerolínea Continental Express se estrelló contra una casa cerca de Buffalo, Nueva York. En aquella ocasión, 49 pasajeros y el dueño de la casa murieron.