afp/dpa/ap
Desde Beijing
Un terremoto de 6,6 grados de magnitud sacudió ayer por la mañana el suroeste de China y dejó al menos 157 muertos y más de 5 mil heridos, aunque se presume que estas cifras pueden aumentar. El movimiento sísmico, que duró treinta segundos, se registró al pie de la meseta tibetana, en la provincia de Sichuan, una región con fuerte actividad telúrica, y su epicentro se situó cerca de la ciudad de Ya’an.
Al menos diez mil edificios y casas resultaron destruidos, por lo que las autoridades movilizaron a miles de soldados y policías para reforzar las operaciones de rescate y búsqueda entre los escombros, lo que se dificultaba por deslizamientos de tierra provocados por las más de 260 réplicas del fenómeno. El Centro de Redes Sismológicas de China reseñó que el sismo se sintió con una profundidad de 13 kilómetros y su epicentro se situó a 30,3 grados latitud norte y 103 grados longitud este.
El presidente chino, Xi Jinping, pidió que se ayude a las víctimas, mientras que el primer ministro, Li Keqiang, viajó a la región afectada.
Fuentes médicas han declarado que cientos de personas recibieron atención médica en el Hospital del Condado, el cual no podía atender a todos los heridos, debido al número tan grande de pacientes. Mientras, helicópteros y aviones sobrevolaban la zona en labores de reconocimiento para coordinar las acciones de rescate de víctimas.
Entre las ciudades más afectadas se destacan Chengdu, la capital provincial y la vecina metrópolis gigante de Chongqing, un municipio donde viven 33 millones de personas. Las comunicaciones telefónicas, así como la luz y el agua, estaban cortadas o perturbadas, y unos estudiantes quedaron atrapados debajo de un edificio universitario que se hundió.
Los habitantes, presas del pánico, abandonaron sus domicilios precipitadamente, tal como fue el caso de Bertrille Snoeijer, una holandesa residente de Chengdu: “Poco después de las ocho, cuando se inició el temblor, las paredes se movían y los objetos se cayeron”, contó aun conmocionada. Cabe destacar que la provincia de Sichuan, una de las más pobladas de China con 80 millones de habitantes, fue devastada por un temblor en 2008 que dejó unos 87 mil muertos y desaparecidos.
En medio de la catástrofe, se registró un hecho insólito: Chen Ying, una presentadora de televisión de un canal chino, fue sorprendida por el terremoto minutos antes de su matrimonio. Se contactó con su equipo de trabajo y comenzó a entrevistar a los ciudadanos con su vestido de novia, micrófono en mano y con el velo sobre la cabeza, según reportó el diario The South Morning China Post.
Los terremotos son relativamente frecuentes en China, aunque la población está menos sensibilizada que en Japón. El país fue escenario de uno de los sismos más mortíferos de la historia, ocurrido en la región de Tangshan en 1976. Según lascifras oficiales hubo 242 mil muertos tras el terremoto.
