En medio de la desgracia, la suerte le hizo un guiño y le regaló un renacer a James Valentine, quien estuvo a punto de perder la vida cuando la motosierra que manipulaba se le clavó hasta el cuello. Con la radiografía como testimonio del milagro, el afortunado aún no puede creer que la filosa hoja se haya detenido a solo un centímetro de la arteria carótida.
Este trabajador de 21 años estaba podando un pino en la ciudad de Ross Township, Estados Unidos, cuando perdió el control de la motosierra y se la clavó en el pecho deslizándose peligrosamente hasta su cuello.
Sus compañeros de una empresa de mantenimiento de árboles en Pittsburgh reaccionaron rápidamente desactivando el aparato, pero le dejaron la hoja en el cuerpo y así lo llevaron al hospital.
Los médicos quedaron estupefactos puesto que la motosierra no dañó la médula espinal, el esófago ni las vías respiratorias. Sólo afectó músculos y tejido el hombro.
Valentine fue operado y, tras recibir 30 puntos de sutura, se recupera en el Allegheny General Hospital.
