“Usted es un poco como un ángel de la paz”. El presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Mahmoud Abbas, miró sorprendido al papa Francisco en la Biblioteca Privada del Vaticano al recibir del argentino una medalla del ángel de la paz. La frase despertó una sonrisa en el rostro del heredero político de Yasser Arafat en el momento en que intercambiaban regalos. Y coronó un encuentro oficial que duró veinte minutos y estuvo marcado por la cordialidad y la simpatía, luego de que la Santa Sede anunciara esta semana su apoyo a la solución de dos pueblos, “dos Estados” y reconociera a Palestina como Estado observador ante las Naciones Unidas. Esa decisión política se transmitió en un tratado que el Vaticano firmará con aquel país en el futuro inmediato y que dará un fuerte impulso a la dirigencia palestina en la escena internacional.
Durante el encuentro, el Sumo Pontífice y Abbas coincidieron en su interés para que haya paz entre Palestina e Israel , uno de los conflictos más largos del mundo. “Se habló del proceso de paz con Israel con la esperanza de que se reanuden las negociaciones directas entre las partes para encontrar una solución justa y duradera al conflicto, reiterando el deseo de que, con el apoyo de la comunidad internacional, los israelíes y los palestinos tomen con determinación decisiones valientes a favor de la paz”, sostuvo en un comunicado la Santa Sede. Además, el Papa pidió fomentar el “diálogo interreligioso” para poner fin al terrorismo en Medio Oriente.
Abbas, acompañado de una delegación de 11 personas, saludó calurosamente al Pontífice a su llegada al palacio Apostólico y le manifestó, ante la prensa presente: “Lo veo más joven”. Luego se dirigieron a la Biblioteca Vaticana, donde mantuvieron una conversación privada. En el tradicional intercambio de regalos, Abbas le entregó a Francisco reliquias y un rosario, mientras que Jorge Bergoglio le dio la medalla y un ejemplar de su exhortación apostólica Evangelii Gaudium.
El miércoles pasado, el Vaticano anunció un acuerdo con el Estado de Palestina, mediante el cual lo reconoce ante Naciones Unidas. El tratado, que será firmado en un “futuro próximo”, también trata sobre “aspectos esenciales de la vida y la actividad de la Iglesia Católica en Palestina”, en una apuesta de Francisco por velar por sitios sagrados para el catolicismo, como Belén y el Santo Sepulcro, ubicado en Jerusalén –cuya jurisdicción es disputada por Israel y Palestina–.
Santas. Abbas participará hoy en la ceremonia de canonización de dos religiosas palestinas, la madre María Alfonsina Danil Ghattas, fundadora de la Congregación del Santísimo Rosario de Jerusalén, y María de Jesús Crucificado Baouardy, artífice del convento de Carmelitas en Belén. A la misa de canonización acudirán más de dos mil personas de Medio Oriente, encabezadas por el patriarca latino de Jerusalén, Fouad Twal.
“Nuestra Tierra Santa se ha convertido en un bastión de virtud para todo el mundo. Palestina no es una tierra de guerra, es una tierra de santidad y virtud, como Dios quería que fuese”, señaló Abbas en un comunicado. Según el mandatario, el mensaje de las dos futuras santas “reafirma la determinación para construir una Palestina soberana, independiente y libre”.
La cumbre con Francisco dio un fuerte espaldarazo político y espiritual al reclamo de Abbas.
Gira por Italia y España
Además de encontrarse con Francisco, Mahmoud Abbas se reunió en las últimas horas con el premier italiano Matteo Renzi y con el canciller español José Manuel García Margallo. La felicidad que tenía el presidente palestino contrastaba con la incomodidad del premier italiano. La cuestión de Palestina y la solución “dos pueblos, dos Estados” son diplomáticamente complicadas para el dirigente europeo. En las entrañas del Partido democrático, del cual Renzi es secretario político, hay posiciones muy diferentes y delicadas. Y hay dos personajes importantes para Renzi que tienen muy buenas relaciones con Israel: Yoram Gutgeld, su principal consejero económico, y Marco Carrai, su enlace con el mundo financiero.