INTERNACIONAL

Venezuela | La militarización del poder acecha a Maduro

Ex oficiales chavistas criticaron al presidente. Pero la mayor amenaza para el gobierno no son los militares retirados, sino el “abrazo del oso” de los uniformados que aún lo apoyan.

Líder. Maduro presentó un retrato de Chávez junto a Diosdado Cabello, presidente del Parlamento y nexo con las Fuerzas Armadas.
| AFP

La creciente influencia de las Fuerzas Armadas en el gobierno de Venezuela amenaza con transformarse en un arma de doble filo para el presidente Nicolás Maduro. Los medios de comunicación se hicieron eco esta semana de una serie de críticas de ex compañeros de armas de Hugo Chávez contra el actual mandatario. Sin embargo, más que la disconformidad de esos oficiales retirados y alejados desde hace años del chavismo, el verdadero riesgo para Maduro es su dependencia cada vez mayor respecto de los sectores castrenses que aún lo apoyan.

La marcha del gobierno bolivariano no le agrada a ex uniformados que acompañaron a Chávez en la asonada militar de febrero de 1992, y que en los últimos días hicieron público su descontento. “La renuncia de Maduro y sus ministros es inevitable; más tiempo es un sacrificio inútil”, ha dicho Yoel Acosta Chirinos, un ex teniente coronel que formó parte del MBR-200, la logia que el difunto líder y sus viejos compañeros crearon en secreto en 1983 –año del bicentenario del nacimiento de Simón Bolívar– con el objetivo último de tomar el poder.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Acosta Chirinos integra hoy la Vanguardia Bicentenaria Republicana (VPR), una fuerza marginal que va y viene en su apoyo al chavismo. A sus planteos contra Maduro se sumaron otros ex oficiales disidentes como Carlos Guyón y Florencio Porras, ex gobernador del estado de Mérida por el oficialista PSUV, quien aseguró: “Estamos viviendo la antirrevolución”. Porras se mostró molesto con la reciente decisión del Tribunal Supremo de Justicia que permitió al personal militar participar en actos de promoción política.

Rafael Isea, otro ex integrante del movimiento 4F que lideró el joven teniente Chávez, fue aún más taxativo: “Etiquetar a alguien de traidor por hacer una crítica argumentada es un gravísimo error porque constituye un precedente que puede tener como resultado la persecución y supresión de la crítica a lo interno del gobierno y del PSUV”.

A pesar del revuelo mediático que generaron esas declaraciones, su impacto real en el centro del poder venezolano es limitado. “Son ex militares que hace 22 años eran chavistas, pero se alejaron hace mucho del proyecto oficialista y no tienen peso en las Fuerzas Armadas porque están retirados”, dijo a PERFIL Rocío San Miguel, directora de la organización civil venezolana Control Ciudadano para la Seguridad, la Defensa, y la Fuerza Armada Nacional.

Según San Miguel, “lo que sí debe observarse es la consolidación de una oligarquía castrense con vínculos políticos y económicos, que implica una militarización del gobierno y una marcha hacia un modelo de Estado militar”. Más de la mitad de los gobernadores nacionales en Venezuela y el 25% de los ministros del gabinete de Maduro provienen de las Fuerzas Armadas. A ellos se agregan los ex oficiales que ocupan puestos directivos en empresas estatales estratégicas.

Hoy es el día de las Fuerzas Armadas en Venezuela y se espera que Maduro ratifique al alto mando militar. El presidente prorrogará el mandato de la promoción 1984 sin que existan presiones para una renovación generacional. “No es un gesto de generosidad de Maduro, sino una derivación de las circunstancias en las que obtuvo el poder –indicó San Miguel, experta en asuntos castrenses–. En lo inmediato, el status quo favorece el pragmatismo y el apoyo militar a la continuidad del gobierno. Pero, en el mediano plazo, vamos hacia una disputa por el liderazgo en el chavismo entre militares y civiles”. Como todo el mundo sabe, Maduro nunca vistió verde oliva.