INTERNACIONAL
GUERRA EN EUROPA

Los sueños imperialistas de Vladimir Putin: la clave para entender por qué Rusia ataca a Ucrania

Para muchos de su generación, que glorificaron a la URSS y protagonizaron el fin de la Unión Soviética, Ucrania es una herida punzante en su orgulloso ruso.

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Conflicto Rusia - Ucrania. | AFP

El presidente Vladimir Putin tiene una obsesión: que Ucrania vuelva al redil en nombre de la grandeza de Rusia. Para muchos de su generación, que glorificaron a la URSS y protagonizaron el fin de la Unión Soviética, Ucrania es una herida punzante en su orgulloso ruso.

Putin, que era un oficial de la KGB en Alemania Oriental, vivió la derrota en carne propia y la humillación y la indigencia de la antigua URSS contrastaron con el triunfalismo y la prosperidad de Occidente. Eso lo convenció, según dijo, de que el fin de la URSS fue "la mayor catástrofe geopolítica del siglo XX".

Todo esto alimentó en el actual presidente ruso un deseo de revancha, mientras la OTAN y la Unión Europea (UE) se expandían para incorporar a los antiguos vasallos de Moscú y los especialistas coinciden en que, para Putin, su misión histórica era frenar la invasión de su zona de influencia.

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Y en nombre de la seguridad de Rusia, Ucrania se convirtió en una línea roja.

En la visión de Putin, si Rusia "no resuelve esta cuestión de la seguridad, Ucrania estará en la OTAN en 10-15 años", y después de eso, "los cohetes de la OTAN estarán en Moscú", explicó Alexei Makarkine, del Centro de Tecnologías Políticas.

Tras la revolución pro occidental de 2014 en Kiev, Rusia anexó la península ucraniana de Crimea y separatistas prorrusos ocuparon el este de Ucrania

Para Putin, su vecino se equivoca al verse como víctima del imperialismo zarista, luego del soviético y ahora del ruso y considera que las dos revoluciones ucranianas, en 2005 y 2014, contra las élites prorrusas, fueron el resultado de conspiraciones occidentales.

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En 2008, según la prensa rusa y estadounidense, Putin aseguró a su par estadounidense, George W. Bush, que Ucrania "no es un Estado".

En julio de 2021 afirmó que "rusos y ucranianos son una sola nación" que pertenece a "un mismo espacio histórico y espiritual" y, seis meses más tarde, afirmó que Ucrania había sido "creada por Lenin" en los primeros años de la Unión Soviética, una forma de negar las especificidades de esta nación, que presentó como artificial. 

Meses antes, en un artículo titulado "De la unidad histórica de rusos y ucranianos", Putin explicaba las acciones de su vecino como parte de un complot "anti Rusia" de Estados Unidos y sus aliados. 

Según él, Occidente habría creado "un sistema político ucraniano en el que pueden cambiar los presidentes, los miembros del parlamento y los ministros, pero no el rumbo secesionista y su animosidad hacia Rusia".

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Tatiana Stanovaia, directora del centro de estudio ruso R. Politik, señaló que bajo esa lógica, los 100.000 soldados rusos actualmente en la frontera con Ucrania no constituyen una amenaza. "Una guerra no constituye un ataque contra Ucrania, sino una liberación del pueblo ucraniano del ocupante extranjero", señaló siguiendo la lógica de Putin.

Moscú dice y repite que Occidente se aprovechó de la debilidad postsoviética de Rusia para hacerse de sus vecinos. Y Putin, que ya puso a sus soldados en las fronteras con Ucrania, reclama ni más ni menos que la Alianza Atlántica vuelva a sus líneas de 1997 y renuncie a la arquitectura de seguridad de la Guerra Fría.

Para el líder ruso, ahora Rusia tiene que mostrarse fuerte y aterradora, y recuperar a Ucrania de las garras del enemigo: "Si el combate es inevitable, hay que golpear primero", dijo en 2015.

Este 22 de febrero, dos días antes de iniciar la guerra y después de reconocer a las repúblicas separatistas de Lugansk y Donetsk, Putin aseguró que no tenía la intención de reconstituir un imperio. "Habíamos previsto que habría especulaciones de este estilo, sobre el hecho de si Rusia se dispone a restaurar un imperio", dijo. Y "esto no se corresponde en absoluto con la realidad", añadió.

El presidente ruso destacó que tras el desmembramiento de la URSS, Rusia ha "reconocido las nuevas realidades y trabajado muy activamente para reforzar" la cooperación con otros países exsoviéticos, citando a título de ejemplo a vecinos como Azerbaiyán y Kazajistán. 

De acuerdo a éste, la situación de Ucrania es "diferente", puesto que "su territorio está siendo utilizado por terceros países para crear amenazas contra Rusia"

Además de haber reconocido, el lunes, a los secesionistas prorrusos en Ucrania, Rusia también había reconocido dos territorios separatistas en Georgia (2008), anexado la península de Crimea (2014) y apoyado al separatismo de Transnistria en Moldavia desde comienzos de la década de 1990. 

 

Principales claves de la relación de Rusia y Ucrania

DOS LENGUAS. Los dos países comparten una historia milenaria, que se remonta al llamado Rus de Kiev, un principado que existió desde el siglo IX hasta el XIII el cual es considerado cuna de Rusia.

Moscú acusa periódicamente a las autoridades de Kiev de querer "desrusificar" su país favoreciendo la lengua ucraniana y Ucrania responde que solo está corrigiendo la rusificación forzada bajo el Imperio Ruso y la Unión Soviética. 

HAMBRUNA. Entre los principales hechos históricos en disputa entre Rusia y Ucrania está el "Holodomor", la gran hambruna que mató a varios millones de personas en 1932 y 1933 en Ucrania. Tanto Kiev como los historiadores califican esta tragedia de "genocidio" orquestado por Stalin contra el pueblo ucraniano que se resistió a la colectivización de la tierra. 

Pero Moscú y otros historiadores rechazan esta caracterización, situando los acontecimientos en el contexto más amplio de las hambrunas que también se cobraron muchas víctimas en Asia Central y Rusia. Y es poco probable que esta controversia disminuya porque el Kremlin, que defiende una visión glorificada de la historia rusa, intenta restar importancia a los crímenes estalinistas.

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EL DONBÁS. Es una región del este de Ucrania, económicamente vital para Ucrania, es el epicentro del conflicto que enfrenta a las fuerzas de Kiev con los separatistas prorrusos respaldados por Moscú desde 2014.

También está en el centro de una batalla cultural entre Kiev y Moscú, que argumenta que la región, junto con gran parte del este de Ucrania, está poblada por rusoparlantes que necesitan ser protegidos del nacionalismo ucraniano.

Sin embargo, la rusofilia de la región se debe, al menos en parte, a la rusificación y repoblación forzadas de la región tras la Segunda Guerra Mundial, con la llegada de cientos de miles de trabajadores rusos. Una afluencia, junto con las víctimas de la guerra y del Holodomor, cambió el equilibrio étnico y cultural. 

CRIMEA. Aún más compleja es la situación en la península de Crimea, anexionada por Moscú en 2014 tras una revolución prooccidental en Ucrania. Bajo la URSS, generaciones de rusos pasaron sus vacaciones allí, lo que contribuyó a desarrollar un fuerte apego a la región. 

Crimea fue parte del Imperio Ruso desde el siglo XVIII y luego, bajo la Unión Soviética, estuvo integrada en Rusia hasta que se anexionó a la Ucrania soviética en 1954 por un decreto de Nikita Jrushchov. Su anexión por parte de Moscú no fue reconocida por la comunidad internacional y Ucrania exigió su devolución. 

ds