Tras el espectacular robo de ocho piezas que pertenecieron a la corona francesa, el Louvre, el museo más famoso del mundo, permanece cerrado. Mientras la policía francesa trabaja en combinación con Interpol para recuperar las joyas, crece la presión sobre los funcionarios responsables: la ministra de Cultura, Rachica Dati, y la presidenta-directora del Louvre, Laurence des Cars, quien será interpelada el miércoles. Des Cars recordó que ella había advertido que el museo necesitaba reparaciones críticas.
Mientras tanto, aparecen testimonios sobre el impactante momento del golpe. "Salimos corriendo después del robo y vimos la corona de Eugenia en el suelo", dijo a la agencia ANSA una empleada del museo que no quiso revelar su nombre: "No podía creerlo". Dijo que la joya estaba "dañada, con algunas piedras que se habían desprendido y caído".
Y agregó: "Al menos la salvamos. Nosotros, el personal de seguridad, intervenimos inmediatamente después de darnos cuenta de que algo extraño estaba sucediendo en el museo. Si no lo hubiéramos hecho, las cosas podrían haber ido incluso peor".
Cómo es la corona salvada por los empleados del museo
La corona que los ladrones perdieron al huir del Louvre fue creada por el joyero de la Corte francesa Alexandre-Gabriel Lemonnier para que la emperatriz Eugenia, esposa de Napoleón III, la luciera en la Exposición Universal de 1855. Mide 13 centímetros de alto y 15 de ancho. Está compuesta por 1354 diamantes, 1136 rocas de diamante (conocidas como "rosas") y 56 esmeraldas, engarzadas en oro. Con esta joya, Napoleón III buscó impresionar al mundo entero presentando los diamantes de la Corona, como símbolo del poder imperial.
Su forma es característica de las representaciones de coronas imperiales.. Cuenta con ocho arcos con forma de águila, el animal que simboliza el imperio, hechos de oro cincelado. Los otros arcos forman hojas hechas de diamantes, flanqueadas por esmeraldas. Los arcos se unen en la cima bajo un globo de diamantes rematado por una cruz compuesta por seis brillantes.
La construcción general de la corona fue confiada al joyero J.P. Maheu, y Lemonnier se encargó de engarzar las piedras preciosas. Los motivos de las águilas fueron modelados por los hermanos Auguste y Joseph Fannière. Los cuatro recibieron medallas por su trabajo en la Exposición Universal de 1855.
Quién fue la emperatriz Eugenia de Montijo

Eugenia de Montijo, en realidad María Eugenia Ignacia Agustina de Palafox-Portocarrero y Kirkpatrick, fue una figura central del Segundo Imperio francés desde su boda con Luis Napoleón Bonaparte, Napoleón III, en 1853, cuando se convirtió en emperatriz consorte de los franceses.
Había nacido en Granada, España, en 1826. Se la recuerda como una mujer educada e inteligente, que participó activamente en la política del Segundo Imperio, defendió los poderes del Papa y fue instigadora de la invasión francesa de México. En 1870, su marido fue derrotado y capturado en la Batalla de Sedán, punto culminante de la Guerra Franco-Prusiana y fin de la monarquía francesa, y en 1871, Eugenia se exilió en Inglaterra.
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En 1875, su famosa corona le fue restituida, aunque ya no tuviera un imperio que representar. Ella la legó a la princesa Marie-Clothilde Napoléon, condesa de Witt.
La corona fue adquirida por el Estado francés en 1988 y permaneció en exhibición en la Galería de Apolo del Museo del Louvre hasta este domingo, cuando cuatro ladrones se la llevaron en un golpe espectacular. Gracias a los empleados que la encontraron, ahora los especialistas están evaluando los daños de la joya; se espera que pronto pueda volver a mostrar su esplendor.
MB/ff