Pekín - El estallido de violencia en Tíbet contra el dominio chino se cobró ya las vidas de unas 90
personas, con siete nuevas víctimas fallecidas hoy, según datos del gobierno tibetano en el exilio,
mientras China reforzó el despliegue de tropas en el altiplano.
Tras los 80 muertos registrados el último viernes en la capital tibetana, Lhasa -diez, según
las autoridades chinas-, l
as fuerzas de seguridad dispararon hoy contra monjes y manifestantes pacíficos en
Aba, en la provincia de Sichuan,
causando la muerte a siete de ellos.
También en la capital tibetana se produjeron hoy nuevos enfrentamientos contra la policía
china, que según testigos patrulla con tanques por la ciudad.
Los agentes emprendieron hoy redadas contra los tibetanos por las calles de Lhasa, donde pese
al toque de queda se llevó a cabo una manifestación contra el dominio chino, informó un empleado de
una agencia de viajes a la agencia dpa en Pekín.
En las provincias de Sichuan y Gansu, centro del budismo tibetano, varios comercios y
vehículos fueron incendiados. La policía reaccionó utilizando gas lacrimógeno y según solicitantes
de asilo se realizaron también disparos al aire.
La emisora estadounidense Radio Free Asia también informó de manifestaciones en Lithang y
Sershul y en el monasterio de Samye, al sur de Lhasa.
"Genocidio cultural". El Dalai Lama calificó la situación de "genocidio cultural"
y recordó a la comunidad internacional su "responsabilidad moral" de advertir a China sobre la
situación de los derechos humanos y pidió una investigación exhaustiva sobre las causas de la
violencia, expresando su temor de que se produzca un mayor derramamiento de sangre.
Aunque defendió la celebración de los Juegos Olímpicos y reiteró que ni él ni el gobierno
tibetano en el exilio aspiran a la separación de China o la proclamación de un Estado
independiente, manifestó su deseo de que Pekín garantice a Tíbet una cierta autonomía y el
cumplimiento de los derechos humanos.
Mientras, las autoridades chinas instaron a las organizaciones no gubernamentales extranjeras
a abandonar el altiplano tibetano.
"Todos los empleados de ONG hemos sido advertidos de abandonar Lhasa antes del lunes (por
mañana)", dijo uno de ellos.
El lunes a medianoche finaliza el plazo impuesto por las autoridades chinas para que los
alborotadores s
e entreguen si quieren ser tratados con indulgencia. Se teme que después de este
plazo y de la salida de los extranjeros la policía china arremeta con dureza contra los tibetanos.
"Las fuerzas de seguridad se cebarán", dijo el empleado de la ONG.
Fuente: DPA