INTERNACIONAL

Vivieron 40 años en la selva tras huir de la guerra de Vietnam

Un hombre de 82 y su hijo llevaron una vida salvaje hasta que fueron hallados este miércoles. Galería de fotos

En su precario refugio, alcanzable sólo a través del recorrido de 40 kilómetros selva adentro, tenían unos pocos instrumentos para su supervivencia.
| Cedoc.

Un hombre y su hijo vivieron 40 años en la selva, huyendo de la guerra de Vietnam, hasta que ayer fueron hallados este miércoles en las profundidades de la selva.

Se trata de Ho Van Thanh y Ho Van Lang -padre e hijo-, quienes vivieron durante todos estos años en plena selva, entre la caza y la vegetación, en una cabaña de madera y bambú que construyeron arriba de un árbol.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

En su precario refugio, alcanzable sólo a través del recorrido de 40 kilómetros selva adentro, tenían unos pocos instrumentos para su supervivencia, cuchillos y algunas prendas confeccionadas con cortezas de los árboles, informó ANSA.

Desaparecidos desde 1973, las primeras reconstrucciones de sus vidas permitieron conocer que el padre Thanh, de 82 años, se refugió en la selva de la provincia de Quang Ngai, luego que una bomba destruyó su casa, con la que murieron su esposa y dos de sus hijos. Entre el pánico y el horror, alcanzó a llevar consigo al pequeño Lang, que entonces tenía apenas un año.

Las autoridades locales dieron con ellos pues se los refirieron algunos residentes, que habían visto circunstancialmente a "los hombres de la selva" cuando se adentraron para buscar leña.
Thanh y Lang habían plantado tabaco, que fumaban luego en su choza. Habían cultivado caña de azúcar y se alimentaban de maíz y mandioca.

El sitio VnExpress reportó que ambos habían sido vistos por primera vez más de veinte años atrás por Ho Van Tri, otro de sus hijos. Pero el joven, de quien se desconoce cómo dio con su padre y hermano, tuvo dificultades para convencer a los hombres para que regresaran a la vida en sociedad.

Junto a un tío, doce años más tarde, volvió a su encuentro. Les llevó provisiones materiales que jamás utilizaron. Cuando aparecían extraños, los dos ermitaños se escondían.

Después de cuarenta años en la selva, el pase a la civilización, junto con un país totalmente distinto, difícilmente sea indoloro para los hombres.

Según los socorristas, el anciano Thanh conserva algo de memoria de la lengua de la minoría étnica Kor, pero su hijo conoce solo alguna que otra palabra.

Las autoridades locales prescribieron una suerte de pasos previos, hasta concretar su reinserción en la sociedad.