La muerte de Alejandro Romay es la partida de un emprendedor particular. Visionario, arriesgado y, pese a la edad, portador de una particular rebeldía con la que se distinguió en el manejo de los medios. El “Zar” disfrutaba hacer tele. La creaba como empresario pero, para él, era prácticamente necesario verse envuelto en ella.
“En la gran máscara de la vida la mayoría se disfraza de algo que no es o que no siente. Yo he sido siempre un tipo auténtico”, aseguraba el exdueño de Canal 9, en un intento por demostrar que no cumplía estereotipos.
El rol del empresario de medios ignoto y discreto no era su estilo, y él siempre lo aclaraba. “Fui dueño de varias radios y de un canal de televisión, el 9, que se mantuvo en el tope de rating durante muchos años. Fui locutor, actor, compositor, cantante, bailarín, productor, periodista, empresario teatral y dueño de medios de comunicación, pero en realidad lo que quise siempre fue ser poeta”, había incluso comentado Romay años atrás. Era cierto: fue extra en Los martes, orquídeas, el film que hizo despegar a Mirtha Legrand.
Romay sabía como se hace televisión y no tenía problemas en prestarse a eso. Es por eso que ha llegado a participar de notas hilarantes –se ha enfrentado a “El contra” de Juan Carlos Calabró y al “insoportable” de Diego Pérez– o incluso a bailar frente a las cámaras –como hizo en el programa de Georgina Barbarossa en Azul Tv–.
No sin una cuota de autoritarismo, el empresario fue el primero en imponer los “detrás de cámara” y los míticos videos institucionales de Canal 9. Todas las figuras del canal participaban de las grabaciones –Mirtha Legrand, Pinky, Juan Darthes, Raúl Taibo, Jorge Rial, Marcelo Polino, Natalia Oreiro, Pablo Echarri, Flavia Palmiero, Magdalena Ruiz Guiñazú, Lucho Avilés y Berugo Carámbula son sólo algunos pocos–. Por supuesto, él participaba en todos, llegando incluso a disfrazarse de Rey Mago.
En la historia quedó también el día de 1996 cuando APTRA homenajeó al empresario con la entrega de un Martín Fierro. Luego de uno de sus siempre extensos discursos, se olvidó el premio sobre el escenario y tuvo que regresar a buscarlo.
Histórico. Alejandro Argentino Saúl, conocido popularmente como Alejandro Romay –el apellido surge de un anagrama con la palabra “mayor”– comenzó su carrera como locutor de radio en LV7 Radio Tucumán (su provincia natal) por 1940.
Desde ese momento, su llegada a los medios creció exponencialmente, al punto que en veinte años logró ser director de LV12 Radio Aconquija, de Radio Libertad –actual Radio Del Plata– y del Teatro El Nacional.
A fines de 1963 asumió como director general de Canal 9, convirtiéndose en su accionista mayoritario y cambiando su nombre a Canal 9 Libertad, hasta que en 1974, el Estado Nacional intervino los Canales 9, 11 y13. Romay fue sacado "a punta de pistola" y se exilió en Puerto Rico.
En diciembre de 1983, con el regreso de la democracia, asumieron los nuevos interventores de los canales de televisión. Canal 9 era el único que había sido licitado para su privatización y él resultó ganador. Pero el Zar recién tomó posesión de la emisora el 25 de mayo de 1984.
Pese al auge que tuvieron sus medios durante los ‘90, Romay decidió desprenderse de ellos a punto tal que vendió Canal 9 en 1997 al grupo australiano Prime Media, las radios en 2000 al grupo mexicano CIE; y su televisora en Miami quedó en manos de su hijo Omar.
Sus últimos años pasaron lejos de las cámaras hasta hoy, en que su muerte volvió a traerlo a la pantalla chica.