Hace unos meses la presencia de Robert De Niro revolucionó la capital de los argentinos con una corta estadía laboral. El protagonista de El Irlandés, estuvo rodando Nada, la serie de Mariano Cohn y Gastón Duprat junto a Luis Brandoni. Esta producción podrá verse el año que viene en la plataforma Star+.
Ya en la década de los ’80 el actor había visitado esta parte del mundo para grabar La Misión, película que transcurrió en Misiones. Pero para De Niro, Buenos Aires es una de las ciudades favoritas, lo reconoció en una entrevista: "Me gusta París, y Buenos Aires le sigue de cerca, es una ciudad absolutamente hermosa. Pero me quedo con Nueva York", ciudad donde nació.
Volviendo a la visita más reciente, la de Matt Damon, no es una personalidad ajena a nuestro país, ya que su esposa es oriunda de Salta. Nacido en el estado de Massachusetts, Matt el domingo disfrutó de comidas tradicionales de la ciudad porteña como facturas y pastas.
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Según trascendió en esta oportunidad no se trata de una visita familiar ni vacaciones sino, al igual que De Niro, cuestiones laborales. Todo indicaría que no llegó al sur del continente por una película o serie sino para un ciclo de entrevistas para una plataforma de streaming.
En el 2008 el artista vivió una experiencia única para su vida, ir a una cancha de fútbol con todo lo que eso implica en Argentina. Fue espectador de un partido donde Boca Juniors se consagró campeón superando, en el Torneo Apertura de ese año a San Lorenzo y Tigre. Su intención era visitar la cancha junto a sus hijos pero le recomendaron por cuestiones de seguridad no hacerlo.
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En una entrevista recordó la anécdota: “La cosa más loca que he visto sin lugar a dudas fue un partido de fútbol en Argentina. Mi esposa es argentina, fuimos a pasar una Navidad hace 11 ó 12 años. Su familia es hincha de Boca Juniors, que es un equipo muy popular en Buenos Aires y debía jugar una final. Le dije al tío de mi esposa, ‘Ey, ¿podemos ir a este partido?’. Y él se puso muy serio y dijo: ‘Podemos ir, podemos ir... sin mujeres ni niños’. Yo dije ‘¿Qué?’. Yo pensaba en llevar a los chicos e ir. Pero entendí por qué cuando fuimos”.
Luego de relatar que pasó por controles policiales y vallas con alambres de púas, contó cómo fue la salida del estadio: “Nuestro equipo ganó, los fans del otro equipo se estaban yendo y mientras levantaban el trofeo yo dije, ‘Deberíamos irnos’. Pero debíamos quedarnos allí porque necesitaban tiempo para que el otro equipo se vaya del barrio. Había que darles como 45 minutos para eso. Cuando nos dejaron salir, en realidad nos retuvieron como en una especie de jaulas, pregunté ‘¿Qué esperamos ahora?’. Y me dijo que aún necesitaban otros cinco minutos para que se vayan. Fue realmente loco”.
JL PAR
