Perfil
MODO FONTEVECCHIA
Choque político

Adriana Serquis se refirió al escándalo de Lorena Villaverde y el narcotráfico: “Hay vínculos que deberían explicar”

La candidata a diputada por Fuerza Patria cuestionó la transparencia de la política local y señaló que favorece la presencia de organizaciones ilícitas. Advirtió que estas situaciones afectan barrios vulnerables, donde la falta de oportunidades facilita el crecimiento de estas redes.

Adriana Serquis
Como presidenta de la CNEA, impulsó prioridades institucionales como los proyectos CAREM y RA10, e hizo énfasis en la planificación estratégica | Facebook

La provincia de Río Negro vuelve a estar en el centro del debate político por la polémica generada en torno a la gestión de funcionarios y sus posibles conexiones con redes ilícitas. A juicio de la física argentina y actual candidata a diputada por la lista Fuerza Patria, Adriana Serquis, en el programa Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190), “hay vínculos que Lorena Villaverde debería explicar”, al poner en cuestión la transparencia de su par libertaria y señalar cómo estas situaciones repercuten en barrios vulnerables, donde la escasez de oportunidades facilita el avance.

La física argentina Adriana Serquis, investigadora del CONICET, cuenta con una destacada trayectoria en el estudio de materiales, energías limpias y energía nuclear. A lo largo de su carrera, presidió la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) entre 2021 y 2024 y actualmente se desempeña como Secretaria de Investigación, Creación Artística, Desarrollo y Transferencia de Tecnología en la Universidad Nacional de Río Negro. Decidida a incursionar en la política, encabeza la lista de Fuerza Patria como candidata a diputada nacional por la provincia patagónica en las elecciones legislativas.

Lo primero que se me viene a la cabeza es que todo pasa en Río Negro. Allí está Fred Machado, acusado de vínculos con el narcotráfico, también la actual diputada y presidenta de la Comisión de Energía, que fue candidata a senadora y estuvo detenida por tenencia de cocaína. En esa zona se cruzan temas tan disímiles como la energía nuclear y la inteligencia artificial. Todo parece concentrarse alrededor del paralelo 42, entre Río Negro y Neuquén.

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Efectivamente, Río Negro fue el punto de partida de la energía nuclear en la Argentina, y no por casualidad. En 1946 o 1947, un presidente entendió la importancia estratégica de desarrollar conocimiento en esta área. Desde entonces, con el proyecto de la Isla Huemul y luego con la creación de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) en 1950 —que acaba de cumplir 75 años—, el país consolidó una capacidad científica y tecnológica notable, aun sin ser una potencia.

¿Qué pasa con Nucleoeléctrica?

La empresa Nucleoeléctrica Argentina S.A. fue parte de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) hasta los años 90. En 1994 se separó la comisión y se crearon dos entidades: la Autoridad Regulatoria Nuclear y Nucleoeléctrica Argentina Sociedad Anónima. Esta empresa genera entre el 7 y el 8% de la energía eléctrica nacional, y en ciertos momentos llegó al 10 u 11%. En otras palabras, una parte importante de la luz que usamos proviene de las centrales nucleares. Además, NASA no solo opera y mantiene las plantas, sino que cuenta con el conocimiento técnico para construir nuevas. Por eso, su posible privatización nos preocupa tanto: sería como entregar las joyas de la abuela para conseguir dólares rápidos y sostener un déficit fiscal cero que, sinceramente, me parece ficticio.

¿Y qué puede decirnos del escenario político en la provincia?

En Río Negro hay cosas que no se están explicando. Mi competidora, Lorena Villaverde, actual diputada y presidenta de la Comisión de Energía y Minería, tiene vínculos que deberían aclararse. Existen relaciones entre funcionarios del gobierno provincial y personas investigadas por posibles negocios irregulares. Y mientras eso ocurre arriba, abajo crece otro problema enorme: el narcotráfico. En mis recorridas por distintos barrios vi la desesperación de familias que no llegan a fin de mes y de adolescentes sin oportunidades. En esos lugares, el narcotráfico encuentra un terreno fértil.

¿Y el caso de la ahora Secretaria de Energía y Ambiente, Andrea Confini?

También preocupa. Andrea Confini, candidata a senadora y exsecretaria de Minería y Energía, tiene conexiones poco claras. Durante su gestión, un hombre llamado Lucas Martín Cicarelli—que parecía un simple profesor de deportes— terminó vinculado a la explotación de arenas silíceas utilizadas en el fracking de Vaca Muerta. Hoy, Confini forma parte del directorio de YPF. Todo esto debería explicarse. Nuestra provincia tiene recursos inmensos, y lo mínimo que merecemos es transparencia en cómo se manejan.

¿Qué te llevó a decidir ser candidata?

Mi carrera empezó en Buenos Aires como profesora de enseñanza primaria. Estudié magisterio y, al mismo tiempo, Física. Di clases en escuelas primarias, terminé la licenciatura en Física en la Universidad de Buenos Aires (UBA) e hice mi doctorado en el Instituto Balseiro. Me dediqué a la ciencia de materiales, que permite entender cómo diferentes tecnologías —relacionadas con el hidrógeno o con los materiales base de las centrales nucleares— se pueden oxidar con materiales superconductores, siempre vinculadas con la generación, transporte o almacenamiento de energía.

En los 90, como le pasó a mucha gente que se doctoró en ese período, tuvimos que pagar la tinta para imprimir la tesis. Hice un posdoctorado en Laboratorio Nacional de Los Álamos (LANL) en Estados Unidos, mientras esperaba alguna posibilidad de volver a la Argentina y ocupar un cargo. Eso sucedió a fines de 2003 y regresé en 2004, con la ilusión de poder seguir aportando a nuestro país, que me había formado y dado acceso a la universidad pública.

Soy una defensora firme de la educación pública, sobre todo con lo que está pasando ahora. Tras mi paso por la presidencia de la Comisión Nacional de Energía Atómica, pude observar muchas relaciones de poder, en especial con otros países. La importancia geopolítica del sector nuclear es enorme: Argentina ha participado en mesas de discusión internacional gracias al conocimiento y la tecnología que posee. También noté cómo países con políticas de Estado a largo plazo siempre planteaban preguntas fuera del temario, buscando cómo podíamos ser útiles dentro de sus proyectos.

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Ahora me preocupa no solo eso, sino los anuncios del nuevo plan nuclear, que destruyen lo que realmente estábamos haciendo. Es como si cada avance se frenara y retrocediéramos, afectando todo el desarrollo científico-tecnológico que comenzó con el sector nuclear y continuó con lo espacial y otras potencialidades productivas del país.

No hay que olvidar que en Río Negro surgió la primera empresa de base tecnológica de la CNEA, capaz de realizar exportaciones de alto valor agregado: los reactores de investigación, instalados hoy en Australia y en construcción en Países Bajos y Brasil, además de uno en Ezeiza. El primero fue el reactor RA-6, en el Centro Atómico Bariloche, que permitió adquirir ese conocimiento. Hoy la empresa también fabrica satélites, radares y todo lo vinculado con la soberanía tecnológica, generando un enorme valor agregado para el país. Argentina tiene —y creo que aún debería tener— la posibilidad de crecer sostenidamente, con un modelo productivo sólido, equidad y justicia social.

MV/ff