En diálogo con Modo Fontevecchia para Radio Perfil (FM 101.9), Juan Carlos Alderete, diputado nacional del Frente de Todos, habló sobre cómo era la economía durante la dictadura y cómo fue su experiencia estando detenido. También remarcó la compleja situación económica: “La inflación va en Fórmula 1, y los salarios, en bicicleta”.
Quería comenzar preguntándole sobre la marcha federal piquetera que le exigió un paro general a la CGT. ¿Cree que va a terminar haciéndolo? Y después, ¿cuál es la posición que tiene la CGT de los organizadores de la marcha federal piquetera?
Tenemos una realidad: Argentina hoy tiene 17% de desocupación, un 40% de pobreza y 10% de indigencia. Eso quiere decir que cientos de miles de familias de trabajadores, incluso trabajadores en blanco, son pobres. Hay una realidad cruda que golpea fuertemente a los trabajadores, a los que no tienen trabajo, a las jubilaciónes, a las pensiones, porque no se puede seguir con estos salarios de miseria.
No tolerar esta carrera donde la inflación va en Fórmula 1 y los salarios en bicicleta. Cada vez que hay un aumento, hay empresarios monopólicos que prenden la aspiradora y quedan con esa suba antes de que llegue al bolsillo de los trabajadores y las trabajadoras. Muchas familias están desesperadas. No tienen para llevar un pedazo de pan a su casa y salen a reclamar y dar visibilidad a la situación que están atravesando.
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Hubo un crecimiento de piquetes este año, respecto del anterior, el director de diagnóstico polìtico de la UCA fue quien dio este dato. Decía que la mayor cantidad de cortes era proporcional al crecimiento de la inflación y por lo tanto pronosticaba un crecimiento continuo. ¿Coincide con éste análisis de qué va a haber más piquetes este año?
Coincido con que los piquetes van a aumentar porque todos sabemos que la infección trae como consecuencia mayor pobreza y mayor indigencia. El gobierno tiene que tener más firmeza para controlar los precios, a pesar del pequeño crecimiento que hubo en algunos rubros como el automotriz, la metalmecánica y la construcción.
Pero el crecimiento económico que tenemos no se ve con los trabajadores informales. Un trabajador cuando tiene un salario estable sabe si alcanza para comer, para vestimenta, para salud, para educación, eso permite que se pueda mover también la economía informal y que creo que tenemos que caminar con los dos pies: en la economía informal pero la economía formal también, porque tenemos que pensar en cómo también se proyecta nuestra industria.
Hoy hay muchísimos trabajadores de la economía popular, sin un empleador. ¿Cómo usted trata de solucionar ese conflicto entre lo que puede hacer la CGT con los trabajadores de la economía popular que no tienen sindicato y no están representados dentro de la organización sindical?
Yo tengo distintos oficios y siempre que me he quedado sin trabajo mi organización sindical me ha dejado sin nada, sin obra social, así que me sentí desprotegido. En eso surgió la idea de que los trabajadores desocupados nos teníamos que organizar para hacer peticiones e ir en busca de trabajo. Es a los gobernantes a quienes podemos reclamar.
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Usted pasó por la dictadura en una cárcel durante varios años. ¿Cómo era aquella Argentina de los 70 en la que la mayoría de la gente trabajaba en la economía formal, y esta donde casi hay más gente trabajando en la economía informal que en la privada?
Recuerdo que cuando uno quedaba sin trabajo a los pocos días conseguía otro y, mucha veces, uno se capacitaba y quería aprender más porque se hacía valer el oficio. Hoy, ante la crisis económica y lo que sucede globalmente con los cambios con la pandemia, se ve con mucha claridad la desigualdad que hay, cosa que no existía en los 70 ni con la vuelta de la democracia. Cuesta muchísimo conseguir un trabajo formal.
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¿Podría compartir el episodio por el cual usted estuvo detenido en la dictadura por el que lo acusaban de querer secuestrar a un dirigente de Ford? ¿Cuánto de eso hay de mentira? ¿Qué fue lo que pasó?
En ese momento era secretario del gremio de la industria lechera. El secretario general de ese gremio había sido secuestrado y desaparecido el 24 marzo de 1976. Luego de eso, yo pasé a la clandestinidad. Hasta un mes después, de que terminó el Mundial de 1978, me tuvieron que blanquear por intervención de familiares en la provincia de Salta. Tuve que pasar a la clandestinidad y, de no ser por mi familia, me hubieran desaparecido. Me inventaron una causa de secuestro y extorsión a la madre del presidente de Ford. Cuando pedí el careo le pregunté, en la cara, si ella me conocía. Y me dijo que no.
¿Era una suerte estar blanqueado?
Sí, porque yo podría haber sido un desaparecido. Lo importante era estar con vida. No como han pasado con otros ciudadanos y ciudadanas. Me blanquearon porque en Salta tenía una prima que era jueza y un hermano subcomisario. Por la intervención de ellos dos no me hicieron desaparecer.
CB PAR