El presidente Lula da Silva se lo dijo con claridad a su par argentino Alberto Fernández la última vez que lo visitó: de Brasil hay que esperar apoyo y amistad, pero "sin dinero".
El complejo vínculo económico entre ambos países, más allá de la afinidad ideológica de sus gobernantes, llegó a un punto crítico para la Argentina. En junio, el déficit comercial bilateral para la Argentina llegó a 1.042 millones de dólares, el más alto de su historia.
Por un lado, debe destacarse un factor coyuntural generado por la sequía: las importaciones argentinas de soja para molienda se dispararon y superaron los 500 millones solamente en un mes. Pero al mismo tiempo, las exportaciones se retrajeron un 31%, incluyendo rubros afectados por la sequía, como el trigo, y también otros que no tienen relación con el clima, como los vehículos, un negocio enmarcado en una política común de integración de larga data.
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Según un informe de la consultora Abeceb, que sigue de cerca la relación comercial bilateral, "las importaciones más que duplicaron a las exportaciones en el mes, revelando que más allá de factores coyunturales se está instalando un patrón de desequilibrio marcado con el principal socio comercial de la Argentina".
La relación de Argentina con el Mercosur
Ante la falta de dólares de la Argentina, para Abeceb no hay que esperar mejoras: "Lo más probable es que el Gobierno busque apretar aún más el torniquete importador considerando que en el segundo semestre se viene el fin de la cosecha gruesa".
AO FM