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ECONOMÍA EN LLAMAS

Argentina, en el podio de los “infiernos fiscales”

El país se ubicó bien arriba en una competencia que no es ni olímpica ni mundialista, sino la de los avernos tributarios del planeta.

Argentina, infierno tributario
Argentina, infierno tributario | CEDOC

Se trata de un ranking de 83 países realizado por la Fundación 1841, un think tank que se ocupa de temas relacionados a la calidad institucional. En dicha lista, solamente Bielorrusia y Venezuela superan a nuestro país.

¿De dónde sale esta denominación de “infierno fiscal"? Así como existen los “paraísos fiscales”, aquellos países donde no es obligatorio tributar y no hay casi controles impositivos, el infierno fiscal está en el otro extremo. 

No solamente porque se cobran demasiados impuestos o alícuotas muy altas, sino que la calificación tiene que ver con la calidad institucional y el funcionamiento del Estado en esos países. Es decir ¿qué reciben los pagadores de impuestos a cambio de aquello que tributan al Estado?

Argentina es un infierno tributario: tiene más de 160 impuestos

Hay países como Finlandia y Dinamarca donde la carga impositiva es realmente muy alta, pero en ellos, se reciben servicios acordes a ese nivel de impuestos que se paga, por lo tanto quedan muy bien rankeados en esta clasificación.

Según el ranking, hay sólo 12 infiernos fiscales, Argentina está en el tercer lugar, seguido por Rusia en el cuarto y Ucrania en el quinto puesto, dos países que actualmente están en guerra.

Otro dato llamativo del ranking tiene que ver con la clase de impuestos que cobra la argentina. El abogado Martín Litwak señaló que, básicamente, hay cuatro clases de impuestos. Los más conocidos, a las ganancias y al consumo, se cobran en todas partes del mundo. Pero hay otros, que son los más regresivos para la economía: impuestos al patrimonio y a las transacciones.

De los 83 países evaluados, solamente siete cobran impuestos al patrimonio, como lo hace la Argentina, que cobra el Impuesto a los Bienes Personales y con un mínimo no imponible muy pequeño.

Pero la frutilla del postre es el “impuesto al cheque”, a los débitos y créditos bancarios. Como el dulce de leche y el colectivo, este es un invento Argentino. No existe otro país que cobre un impuesto solamente por usar el dinero bancarizado.

Esto nos deja picando el tema de la reforma tributaria de fondo, necesaria en la economía argentina, que reduzca la informalidad, otro elemento clave, porque cuanto más grande es la informalidad, más pequeño es el sector obligado a pagar el funcionamiento del conjunto de la sociedad.

FM PAR