Frente al elevado número de la inflación de abril, parte de la respuesta del Gobierno apareció bajo la forma de controles de toda clase. Con una puesta en escena muy llamativa, en la misma jornada se anunció la renovación de un centro de monitoreo aduanero para supervisar el comercio exterior, al tiempo que hubo operativos en el Mercado Central.
El objetivo a supervisar fueron 10 grandes empresas importadoras de alimentos para tratar de determinar si esos productos llegan al consumidor con su precio ajustado al dólar oficial o al dólar blue. También se adelantó la posibilidad de que sea el propio Mercado Central el que importe alimentos para contener los precios de los fabricantes locales.
Para los analistas, el descontrol de la inflación está lejos de encarrilarse con esos operativos. Lo cierto es que sobran los motivos para esperar que la inflación no baje en mayo: las reservas netas del Banco Central siguen siendo negativas, el dólar oficial tiene que seguir subiendo para no agrandar la brecha y las tarifas de los servicios públicos deben aumentarse para reducir los subsidios.
También impactará la falta de financiamiento, ya que la posibilidad de que los desembolsos del FMI se adelanten todavía es muy lejana y el resto de las opciones tampoco alcanzan. De ese modo, sin intenciones de hacer recortes fiscales en tiempo de elecciones, no habrá más remedio para el Gobierno que seguir emitiendo. Mas combustible para la inflación que viene.
BL JL
