Los médicos informaron al mediodía que el estado de salud de la reina era delicado. La familia se trasladó al castillo escocés de Balmoral, su residencia veraniega. A las 19.30, apenas arribaron todos, la Casa Real señaló: “Se ha ido en paz”.
Su último acto público, después de 70 años en el trono, fue recibir a Liz Truss, la nueva primera ministra británica, sucesora de Boris Johnson.
El funeral se celebrará en la Abadía de Westminster. Sus restos serán enterrados en la capilla de San Jorge del Palacio de Windsor junto a su marido, el duque de Edimburgo y sus padres.
Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
La reina ha muerto a 1.600 kilómetros de Londres, no en Windsor. El féretro de la reina llegaría en tren a la estación de San Pancracio, en Londres, donde la primera ministra debe recibirlo en compañía de toda la familia real.
La Primera Ministra ha sido la primera en ser informada sobre el deceso a través de un mensaje que le entrega el secretario privado de la reina. Los parlamentarios y altos funcionarios reciben una llamada y un correo electrónico anunciando el fallecimiento.
En los 10 minutos posteriores a la muerte, las banderas permanecieron a media asta. El rey Carlos III se dirigió a la nación, tuvo una audiencia con la Primera Ministra y en los días visitará al Parlamento de Escocia y la catedral de St. Giles en Edimburgo; el castillo de Hillsborough, en Irlanda del Norte, y la catedral de St. Anne, en Belfast.
Días después se iniciará una capilla ardiente para que el público pueda asistir durante tres jornadas a dar el último adiós a la reina Isabel II.
Por último, el rey Carlos III visita el Parlamento de Gales y la catedral Liandaff de Cardiff. El día 10 se proclama Día de Duelo Nacional y dos minutos de silencio en Gran Bretaña.
