El referente del Partido Justicialista, Eduardo Duhalde, analizó el presente político del país y resaltó que "el Día de la Militancia lo creó Alberto Pierri", al cumplirse un nuevo aniversario este jueves 17 de noviembre. A su vez, declaró que "es una vergüenza que tengan que llevar a la gente" a los actos partidarios. "No se debe humillar así", concluyó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Es paradójico que el Día de la Militancia, que es el más utilizado por el kirchnerismo, lo inventó la parte más alejada a este sector.
Hoy es un día de nostalgia. Lo que recuerdo es lo que pasaba antes y lo que, desgraciadamente, fue pasando con el tiempo. El justicialismo se fue alejando, la gente se enojó cada vez más con nosotros, y tienen razón. Falta una autocrítica, que permanentemente la hago.
En los ochenta, la gente no se moría por culpa de otros partidos. La responsabilidad era de López Rega, que lo queremos ocultar en el justicialismo. Pero tenemos que estar pensando en el futuro y no mirar tanto al pasado.
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El origen de la celebración cada 17 de noviembre
¿Cómo fue que surgió al idea de celebrar el Día de la Militancia?
En ese momento había mucha gente que quería eso y nosotros lo advertimos. Pero ahora no pasa eso. La gente se moviliza por otras cosas, como pasó con los recitales de Coldplay, que llenó 10 estadios de River.
También fue espectacular lo que vi en la Marcha del Orgullo, en todo el mundo. La política no moviliza a nadie porque ya no cree en eso. Eso se notó mucho en el 2001 y en parte del 2002, cuando el grito de guerra de la gente era "que se vayan todos".
La convocatoria de la gente en los actos políticos
¿Cómo fue ese primer 17 de noviembre?
Fue el momento de darle al razón a la gente, pero nosotros no estábamos habilitados a tomar decisiones. El Día de la Militancia lo creó Alberto Pierri.
Tengo un recuerdo borroso, pero lo primero que nos sorprendió fue que llegábamos una hora antes y estaba lleno de gente caminando en las calles, parecía mentira. Lo que más me impactó fue la enorme cantidad y el fervor de la gente, que estaba justificado en ese momento.
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Hoy para llenar la cancha en La Plata vamos a ver miles de colectivos afuera. Con esto no quiero decir que Cristina Kirchner no tenga seguidores que podrían ir con entusiasmo a verla, pero esto no sucede más.
Y cuento una experiencia personal porque, en el segundo gobierno en la Provincia, me di cuenta que hacían actos y tenían que llevar a la gente de algunas intendencias. Como veía a los intendentes todos los meses, les dije que donde viera muchos colectivos no iba a ir a sus actos.
Es una vergüenza que tengan que llevar a la gente y eso lo vi. Y lo peor es que llevan a la gente anotándolas porque tienen un plan social. No se debe humillar así, por eso la gente cree cada vez menos en la política.
En lo personal, no voy a participar más de ninguna lista, pero sí voy a seguir trabajando para que se entienda la necesidad de unir a los argentinos. Se puede lograr una gran coalición en Argentina y hablo con todos para eso. También sabemos que ni el Gobierno ni la oposición pueden convocar a ese consenso.
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Pero si las 10 religiones más importantes pudieron hacer cinco reuniones del Congreso Interreligioso, quiere decir que se puede. Y no te imaginás lo emotivo que fue cuando hicimos las primeras reuniones. Todos estaban hablando de la unión y de la paz. El problema es que nadie los escucha para lograr consensos mínimos.
El presente del Partido Justicialista
En este mismo programa entrevistamos a Julio Bárbaro, hace algunas semanas, y definió al peronismo actual como "un recuerdo que trae votos". ¿Coincide con eso?
Sí, claro. Todos los años me invitan a dar una clase a Turquía y, cuando me preguntan por el peronismo, digo que el justicialismo es doctrina social más productividad, cosa que nos olvidamos. Ningún presidente justicialista puso el centro donde corresponde.
Y hay que ser inteligentes y copiar los modelos que funcionan en el mundo. Ya está todo inventado. En otros países, el objetivo principal de los gobiernos es crear empresas. No hay trabajadores sin eso, pero nadie acá se da cuenta. Y en Europa se levantaron trabajando.
JL PAR
