El estrés hídrico y el calor agobiante, con marcas récord como las de este verano, empeoran en forma significativa las perspectivas sobre los rendimientos de los cultivos, la generación hidroeléctrica, los sistemas de refrigeración y el transporte fluvial.
La Comisión Europea prevé que el rendimiento del maíz, la soja y el girasol caerán un 16%, un 15% y un 12%, respectivamente, en comparación con el promedio de los últimos cinco años. A ello se suma el riesgo de incendios forestales, de alto a extremo en la mayor parte de Portugal, donde la energía hidroeléctrica almacenada en los embalses representa menos de la mitad del promedio de los últimos cinco años.
Alrededor del 25% de los embalses podrían no satisfacer las necesidades de riego. En los Países Bajos, la falta de agua ha afectado a la navegación comercial y la estabilidad de los diques, además de obligar a reducir la carga de los barcos. Eso afecta el transporte de carbón y de petróleo.
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En Alemania llaman piedras del hambre a una lúgubre inscripción: "Si me ves, llora". Señal de la bajante de los ríos, que ha alertado a los ciudadanos del peligro de la escasez de agua. La fuerte sequía que castiga el continente ha hecho aflorar esas rocas y sus centenarias advertencias, relacionadas en el pasado con sufrimiento y problemas de abastecimiento.
Las inscripciones, presentes en piedras de ríos alemanes como el Elba y el Rin, pueden contemplarse de nuevo en algunas ciudades alemanas. La tradición se remonta al siglo XV, cuando la sequía presagiaba terribles hambrunas.
FM JL