En diálogo con Modo Fontevecchia, Nicolás Morzone, presidente del Consejo Escolar de La Plata, remarcó la situación crítica qué viven las escuelas bonaerenses por la falta de mantenimiento de los edificios y la falta de gas en las escuelas y subrayó que la pandemia empeoró la situación: “Estamos hablando de una catástrofe educativa”. Escucha el programa por Radio Perfil FM 101.9 o miralo por Net TV.
¿Cómo son los problemas del gas y edilicios de las escuelas?
En primer lugar es importante poner en agenda la procrastinada regresividad de materia de políticas públicas en la provincia de Buenos Aires desde hace más de 40 años a la que el segmento educativo no es ajeno. La problemática del gas es recurrente en La Plata y en muchos puntos de la provincia de Buenos Aires, particularmente en el AMBA.
La Plata es la segunda comunidad educativa más grande de la provincia de Buenos Aires. Son 312 edificios públicos y 440 escuelas públicas en sus diversas modalidades. Desde 2012, uno de los objetivos que nos pusimos fue que la empresa prestataria Camuzzi, que lleva adelante inspecciones en edificios públicos escolares de La Plata, dio un saldo de 70 clausuras. Eso sucede porque la empresa detecta fugas de gas parciales o totales en el establecimiento. Eso afecta el sistema de calefacción e impide la prestación del servicio alimentario escolar, una funcionalidad social decisiva en el desarrollo de los chicos.
"Castelar: escuelas heladas, casi derrumbadas y aulas containers"
Desde febrero venimos advirtiendo sobre esto a la provincia de Buenos Aires de este relevo que hicimos como Consejo Escolar de La Plata. Determinamos que se requeriría una inversión de 30 millones de pesos para resolver esta problemática. Tuvimos una buena reunión con el ministro pero nos derogaron una partida muy importante hace 10 días.
Arrancamos las obras durante la primera semana de abril. Hoy tenemos una perspectiva positiva dentro de la gravedad del problema. Fueron 117 los edificios, de los 312, habían suspendido las clases por situaciones ligadas a la falta de calefacción. Hoy son menos de 25 en La Plata. El 2020 fue un año bisagra en Argentina. La pandemia no solo afectó económicamente y sociológicamente a los argentinos, dio un cambio paradigmático en la cosmovisión de la educación. Los chicos tuvieron clases y hubo una interrupción del desarrollo pedagógico. También se detuvo el mantenimiento edilicio. En La Plata tenemos edificios de más de 100 años.
Entiendo que el combate a la pandemia hizo que los fondos públicos se destinarán más a salud que a educación. Hay una consecuencia de la pandemia no solo en la calidad de los contenidos, sino además, en el deterioro de las instalaciones...
No invertir y planificar en educación es el mayor cepo al desarrollo de una sociedad. Este colapso social también se somatiza en las comunidades educativas. Hemos notado cortes de calles por el estado edilicio de las escuelas. Son las comunidades las que se manifiestan con un reclamo a la dirigencia política. Es una de las mayores deudas y desafíos que tenemos terminar con esta procrastinación regresiva en materia de políticas públicas y que esto tenga un sostenimiento.
Nuria Am (NA): Ayer se conocieron los resultados de las evaluaciones de los chicos de primaria y secundaria en la Capital Federal, que resultaron preocupantes respecto de la comprensión de texto sobre todo. Teniendo en cuenta que la Ciudad Buenos Aires tomó una postura muy distinta respecto a la provincia de Buenos Aires en el momento de la pandemia, ¿crees que la brecha entre los chicos bonaerenses y los de Capital aumentó aún más por las decisiones políticas?
Si, la brecha es altísima y gravísima. Estamos hablando de una catástrofe educativa que probablemente podamos cuantificar cualitativamente en los próximos años. Aproximadamente unos 70 mil chicos se desvincularon del sistema escolar de la provincia de Buenos Aires en el año 2020 y eso fue producto de una decisión soberbia de procrastinar al máximo un cierre de clases que llevó todo el ciclo lectivo y fue tal que a su vez perjudicó al 2021 porque tuvimos semipresencialidad en algunos casos y, en otros, prácticamente no arrancaron las clases.
La pandemia dejó traslucir la falta de inversión en conectividad y fibra óptica para acceder a una modalidad virtual. Quiero poner en valor y rescatar el modelo de la Ciudad de Buenos Aires porque ahí se dan decisiones que hacen al aspecto cualitativo del sistema educativo. Durante la primera gestión de Mauricio Macri se trabajó para enaltecer los salarios de los docentes y ahora, con la reforma del estatuto docente, se pondera a los que más se capacitan con una decisión meritocrática a la hora de acceder a los cargos.
NA: ¿Cuántos chicos volvieron a las clases de esos 70 mil?
No se sabe. Otra de las grandes deudas es tener estadísticas claras que nos permitan hacer políticas públicas de revinculación. Además de la pandemia tenemos que sumar los paros que complejizan más la presencialidad.
CB PAR
