El peronismo tucumano juega primero y desdobla sus elecciones para el 4 de junio de 2023. El gobernador interino de Tucumán, Osvaldo Jaldo, definió este viernes la fecha para elegir nuevo gobernador el año que viene. La decisión movió el avispero del peronismo en un momento donde crecen las incógnitas sobre cómo será el calendario electoral del año que viene.
Apenas se conoció la decisión del mandatario tucumano se desataron las especulaciones sobre un presunto operativo de los gobernadores del panperonismo para separar sus futuros electorales del derrotero que tenga el año que viene la fórmula del Frente de Todos que dispute la sucesión de Alberto Fernández.
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Jaldo explicó que sólo hizo lo que establece la legislación provincial: separar los comicios locales de los nacionales y establecer el segundo domingo de junio como la fecha elegida. De acuerdo a esa disposición, los comicios legislativos a gobernador de Tucumán se concretarían el 11 de junio de 2023, una fecha que podría configurarse como un ordenador de los comicios que se realicen en el norte argentino.
La movida de Jaldo no pasó inadvertida para el gobernador en uso de licencia, Juan Manzur, que conduce la jefatura de Gabinete desde el año pasado. Fue una decisión coordinada entre ambos e instaló el debate silencioso del desdoblamiento para 2023.
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El primero en jugar esa ficha fue el senador bonaerense Joaquín de la Torre, que presentó un proyecto de ley para derogar la ley bonaerense que adhiere a la simultaneidad con los comicios nacionales y le permite al gobernador convocar a las elecciones dentro de los doce meses anteriores a la fecha de las generales.
La propuesta abre el debate bonaerense que se avecina para este año, pero incluye un salvoconducto para despegarse de la coyuntura: si es aprobada regirá desde el 1 de enero de 2025. La fecha es interpretada como una forma de introducir el tema para que todas las fechas se ordenen cuando se hayan tejido los acuerdos políticos, algo que por ahora asoma muy remoto.
