El asesor presidencial Alejandro Grimson habló con Jorge Fontevecchia en Modo Fontevecchia, por Radio Perfil (FM 101.9), sobre la interna dentro del Frente de Todos.
¿En qué se diferencian las ideas del sector del Presidente (Alberto Fernández) y de la vicepresidenta (Cristina Kirchner)?
Lo escuché a Álvarez Agis decir que hay dos modelos económicos heterodoxos que están en pugna dentro del Frente de Todos.
Uno cree que las variables macroeconómicas fundamentales están relativamente bien y que hay que pasar el chubasco y que, a partir de eso la inflación va a empezar a bajar y el salario real se va a empezar a recomponer. La otra visión es que la gente la está pasando muy mal, que hay hambre y que primero hay que resolver ese problema y después vemos cómo ordenamos lo macroeconómico.
Una pone el énfasis en un crecimiento con distribución y el otro en una distribución que permita el crecimiento. La situación a la que se llegó con tanta tensión es muy negativa para el Frente de Todos.
En la historia de los peronismos y de otras fuerzas populares, siempre hubo diversidad, heterogeneidad, el peronismo nunca fue homogéneo ideológicamente. El riesgo que tiene llegar a esos niveles de heterogeneidad es que no haya un claro registro de qué es lo otro.
Algunos dicen que hay que tener cuidado con cómo se hace la confrontación para que no debilite al proyecto del Frente de Todo y otros dirán que no tener políticas que atiendan de manera inmediata, urgente a ciertas necesidades es lo que debilita al proyecto del oficialismo. Si la discusión fuera puramente de cuáles son las políticas públicas, el impuesto a la renta inesperada debería haber sido mucho más aplaudida adentro del Frente de Todos en donde habría una gran unión al respecto.
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¿Son campos de ideas los que están en pugna o simplemente diferencias de aplicación operativas?
El Presidente dice que no tienen diferencia de contenido sino de formas. Creo que aparece una cuestión muy relevante respecto a cuál es el lugar de la voluntad en las políticas públicas, particularmente las económicas. La voluntad en política es fundamental pero en muchos casos no alcanza. Si fuera un problema de voluntad, las cosas se podrían resolver.
Hay que tener cuidado en decir que la única causa de la inflación es la remarcación de las grandes empresas, Argentina tiene un problema mayor, desde hace medio siglo. No estamos en un contexto donde solo interviene la "mala voluntad" de los poderes concentrados, que si la hay y que el Gobierno tiene que hacer las acciones que pueda, sino que está el problema macroeconómico.
Hay que creer en la voluntad propia pero está delimitada y coaccionada en función de ciertas condiciones. El análisis de las condiciones es un requisito fundamental, hay que tener cuidado con argentinizar los análisis en un mundo globalizado.
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¿Qué pasa con esa conversación que busca llevar adelante el Presidente con los sectores populares, que son aliados del Frente de Todos y han planteado una agenda concreta, programática y de medidas de gobierno? ¿Dónde va a quedar esta conversación si las demandas se siguen postergando?
Una movilización como la de ayer es algo muy importante, es muy bueno que las ciudadanas y ciudadanos estén en la calle celebrando el día de los trabajadores y trabajadoras y proponiendo políticas y proyectos de ley.
El Gobierno no tiene la obligación de hacer lo que proponga o haga un sector de la ciudadanía, pero sí tomarlo en cuenta y dar respuestas, dialogar con ellos y construir políticas con ellos. Cuando hablamos de falta de correlación de fuerzas es porque para lograr transformaciones, de más trabajo y menor concentración impositiva, necesitamos muchas movilizaciones como las de ayer.
AVS PAR