Ganadores y perdedores del dictamen de la Ley Ómnibus

La verdad sobre cómo se aprueba o no se aprueba una ley deshilachada es la gran pregunta, especialmente debido a la composición del dictamen de la mayoría, según informó Claudio Mardones en Modo Fontevecchia, por Net TV, Radio Perfil (AM 1190) y Radio Amadeus (FM 91.1).

Ya en la mañana están circulando las versiones finales. Por una parte, el dictamen de la mayoría, que llegó a la última firma con el respaldo de Nicolás Masot, también como parte de una negociación en la que Juntos por el Cambio no usaría la lapicera hasta asegurarse de que estuvieran incluidos los puntos reclamados por los gobernadores. Esto revela la fragilidad de los acuerdos, como mencionó la diputada Carla Carrizo, considerando que el oficialismo, además de carecer de gobernadores en la cámara baja, cuenta con 37 voluntades que aumentaron con la presencia del Pro.

Sin embargo, al momento de la suma de firmas en el plenario de comisiones, llegaron a 55 firmas con 34 en disidencia. Estas 34 voluntades podrían votar en contra de diversos aspectos en el recinto, desafiando las expectativas del oficialismo. Se espera que durante la tarde se recojan las firmas para convocar a una sesión especial y llevar al recinto rápidamente este dictamen de mayoría, junto con los dictámenes de minoría que ya están circulando. Se prevé una sesión maratónica, estimando algunas fuentes que podría durar entre 22 y 30 horas, dependiendo del momento de inicio.

En términos políticos, este primer bautismo de fuego en un plenario de comisiones deja saldos importantes. La Libertad Avanza estrenó sus autoridades, destacando la presidencia de la comisión de Presupuesto y Hacienda a cargo de José Luis, un monobloque designado por decisión de Javier Milei. En este escenario, el Pro aparece desdibujado, buscando sellar negociaciones hasta el último momento en un contexto marcado por la presencia destacada de Hacemos Coalición Federal, que mantuvo la tensión de la negociación.

En el marco de la negociación, se vislumbra un Pro desdibujado ante la figura de Hacemos Coalición Federal, la fuerza que, a pesar de su dispersión, sostuvo la tensión negociadora hasta el último momento. Esto representa saldos negativos para el radicalismo, que, después de dos años con dos bloques divididos, evidencia nuevamente esa división primigenia, con ocho firmas en disidencia respaldando el dictamen de mayoría y otras ocho que no se sumaron a ningún lado. Esta división refleja las 34 voluntades del radicalismo divididas entre la posición de Rodrigo de Loredo y la de Facundo Manes.

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Además, la figura de Guillermo Francos, ministro del Interior, se encuentra en una posición ambigua, habiendo enfrentado un tobogán y un sube y baja durante la negociación, especialmente porque el cierre determinante estuvo en manos de Santiago Caputo, posiblemente la revelación en este proceso y un anticipo del esquema de negociación elegido por Javier Milei.

Por una parte, ministros que a veces van desempoderados a escuchar las quejas de los gobernadores que no tienen presupuesto. Sin embargo, cuando llega el momento de la respuesta final, esta la proporciona el presidente, a veces Francos y otras veces Martín, el presidente de la Cámara baja. Las confirmaciones finales, a los ojos de los negociadores, fueron otorgadas por Santiago Caputo, considerado por el presidente como uno de los arquitectos de su victoria junto con Karina Milei. Aunque, como se mencionó anteriormente, no ostenta un cargo. Caputo ha sido la figura más presente en estos días en la Cámara de Diputados para cerrar las negociaciones. Cuando los interlocutores de la oposición dialoguista buscaban una palabra final para saber con quién estaban negociando, la última palabra estaba en manos de Santiago Caputo, quien sale fortalecido en este contexto y en este resultado provisional del dictamen de mayoría, que cuenta con más firmas en disidencia que respaldos manifiestos.

La otra gran pregunta que queda es: ¿qué pasa con las otras fuerzas? Unión por la Patria logró mantenerse unificada y llevar adelante una fuerza que le permitió plantear el rechazo y al mismo tiempo poner en duda que el oficialismo tuviera las firmas necesarias. Hubo un momento en que amenazaron con retirar el dictamen para evidenciar que no tenían los números, pero esto se disipó rápidamente porque Hacemos Coalición Federal, en la parte gananciosa que mantuvo la iniciativa de la negociación, puso el gancho para cerrar. Sin embargo, también hubo divisiones en el espacio liderado por Miguel Ángel Pichetto. La Coalición Cívica se separó y avanzó con otro dictamen, lo que representa una pérdida, especialmente en lo relacionado con las propuestas alternativas para que el ajuste fuera por otro lado.

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Hubo concesiones, y estas fueron para los gobernadores. Entre ellos, dos ganadores: Ignacio Torres, el gobernador de Chubut, logró forzar que el gobierno cediera en todo el capítulo de pesca. Habrá que esperar a ver cómo queda el dictamen final, pero se rumorea que Massot no habría respaldado el dictamen si el capítulo de pesca no se resolvía. En cuanto a las retenciones, se plantea un escenario de más por menos o de menos por más. Otro vocero destacado fue Maximiliano Pullaro, gobernador de Santa Fe y miembro del radicalismo, posiblemente la figura de mayor peso entre los cinco gobernadores radicales. Así comienzan a delinearse nuevos liderazgos y voces en el contexto de esta negociación.

Este equilibrio inestable se suma también dentro de La Libertad Avanza a las ausencias y presencias. Martín Menem actuó como anfitrión y las autoridades de bloque, como Oscar Zago, quedaron totalmente eclipsadas por la figura de Menem. Detrás de la figura de Santiago Caputo, surge la incógnita de qué sucederá con Guillermo Francos. ¿Seguirá conteniendo a los gobernadores? Para muchos, esta negociación ha llegado a un punto de inflexión, pero queda un largo camino por recorrer y es allí donde finalmente se sabrá quién gana y quién pierde.

FM