Gillette está en crisis desde hace unos años porque cada vez más personas se dejan crecer la barba y cada vez menos personas se afeitan diariamente. Los problemas comenzaron con la pandemia de coronavirus, pero las cosas empeoraron en 2021 y 2022 cuando a causa de las sucesivas cuarentenas muchos hombres de todo el mundo dejaron de afeitarse.
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Hasta ahora, la estrategia de la firma era esperar que la moda pasara, confiando en que se trataba de un fenómeno pasajero. Pero entendió que no será así y tuvo que promover nuevas iniciativas tendientes a reconquistar a los clientes habituales, como por ejemplo una línea de peines, afeitadoras eléctricas, gel y bálsamos para barba, con la marca King. C. Gillette.
Al mismo tiempo que sigue apostando al afeitado con una afeitadora diseñada por la empresa automovilística Bugatti, con las hojas que se calientan, para crear el efecto de la toalla tibia. Todo ello en parte, y provisoriamente, está compensando en parte la crisis de Gillette.
JL PAR
