Ianina Tuñón afirma que la pandemia incidió en el aumento de la pobreza infantil. “Muchos chicos que venían de sectores medios y populares tuvieron que empezar a ser beneficiarios de ayudas escolares, alimentarias y comunitarias”, destacó la investigadora de la UCA en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (101.9).
Si en Argentina los indicadores de pobreza infantil marcan que 6 de cada 10 chicos son pobres, teniendo en cuenta que hay distintas formas de medir la pobreza y como para ponernos en perspectiva, ¿cuál sería el número real de un país como Brasil?
La pobreza se puede medir de diferentes formas. La pobreza monetaria, que es la que estamos viviendo en este caso, puede que no representa el modo de vida de un niño, pero es la forma oficial de medirla.
Cuando la medimos a través de las características multidimensionales, en el ejercicio de múltiples derechos, también podemos decir que 6 de cada 10 niños están privados del acceso de, al menos, un derecho. Por lo cual, las formas de aproximarnos pueden ser distintas, pero la incidencia es la misma.
La encuesta multidimensional de la pobreza se utiliza en muchos países de América Latina y nos permite abrir la caja de la pobreza y ver cuáles son las corresponsabilidades que existen, darse cuenta qué aspectos no están funcionando en la educación, salud, alimentación, vivienda y en la diferentes facetas que hacen a la vida de un niño. El ingreso es importante, pero no es lo único. La sociedad argentina tiene que garantizar salud, educación y socialización a todos los niños de su país.
Me resulta contrastante ver que Argentina tiene números de pobreza más altos que los de Paraguay y, sin embargo, vienen muchos inmigrantes de allí a nuestro país. Entiendo que hay muchos elementos, como la salud o la educación pública, que son fundamentales más allá del salario.
También es cierto que los umbrales que tiene cada país son diferentes. Probablemente, nuestros umbrales sean más exigentes, pero cuando uno compara los indicadores de educación, lo que uno observa es que nos estamos quedando atrás. Puede ser que el punto de partida haya sido más alto, por lo que estamos en la punta de muchos indicadores educativos, pero está claro que los países de la región están avanzando de manera muy importante y nosotros nos hemos estancado.
La pobreza trae analfabetismo ¿hasta cuándo?
No cabe duda de que nos estamos estancando y que muchos países de Latinoamérica están avanzando. Pero que tengamos más pobres que Paraguay pone en discusiones las estadísticas....
Pone en discusión las definiciones.
¿Este último aumento de la pobreza ha significado un crecimiento aún mayor en los más chicos?
Esta magnitud que habla de casi 8 millones de chicos hay que reconocerla como una población heterogénea. No son todos igualmente pobres aunque los encasillamos en la categoría de la pobreza. Hay niños que están por debajo de la línea de la indigencia. Hay chicos que están en condiciones de una pobreza más crónica y estructural que son los que experimentan una situaciones de inseguridad alimentaria y son mucho más homogéneos.
En estos casos, la política con la transferencia de ingresos y la ayuda con alimentos de forma directa o indirecta, han contenido la situación. Cuando uno ve los índices de esta población, los ve mucho más estables en los últimos 12 años, con incrementos a partir de la pandemia. Luego tenemos chicos en una situación intermedia que también son vulnerables al acceso de los alimentos y de otros derechos, pero que no experimentan situaciones dramáticas o de hambre.
Han bajado la calidad de sus alimentos y son beneficiarios de subsidios escolares y comunitarios. Además suelen ser chicos con tendencia a la obesidad y al sobrepeso por los bajos nutrientes que reciben. Por último, tenemos chicos que están muy cerca de la línea de la pobreza y entran y salen. Estos chicos están integrados, utilizan la escuela y la salud estatal. Lo novedoso de este sector es que provienen de clases medias populares que, a partir de la pandemia, empiezan a ser beneficiarios de las ayudas alimentarias, escolares y comunitarias.
¿Hay un efecto demográfico a partir de cómo se construye la pirámide poblacional argentina? ¿La pirámide envejece en determinados sectores y se mantiene más joven en otros?
Tuvimos una oportunidad que fue un bono demográfico que no aprovechamos. Era la posibilidad de invertir más en la infancia por una merma en la tasa de natalidad. Igualmente, los chicos se concentran en los sectores sociales más bajos de la población.
ADP FM