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MODO FONTEVECCHIA
Educación universitaria

Juan Carlos Rabbat: "Educar a distancia es más que dar clases por Zoom"

El fundador y presidente de la Universidad Siglo 21 afirmó que la educación mediada por tecnología permitió incluir a quienes históricamente quedaban fuera del sistema universitario. “La clave está en que la plataforma no espante al alumno”, afirmó.

Juan Carlos Rabbat, presidente Universidad Siglo 21
Juan Carlos Rabbat, presidente Universidad Siglo 21 | Cedoc

Juan Carlos Rabbat, fundador y presidente de la Universidad Siglo 21, explicó que la institución logró su expansión al desarrollar un modelo instruccional asincrónico que permite estudiar “cuando el alumno puede”. Aseguró que la educación online requiere plataformas creadas para acompañar al estudiante y no sólo transmisiones. "Educar a distancia es más que dar clases por Zoom", dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).

Juan Carlos Rabbat es un reconocido empresario y académico, conocido por ser el fundador y presidente de la Universidad Siglo 21, establecimiento que fue fundado en Córdoba y este año celebra su 30º aniversario. Además, fundó otras instituciones educativas como la Academia de Enseñanza, el Instituto Terciario de Estudios y el Instituto de Investigaciones Tecnológicas de Córdoba.

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La Universidad Siglo 21 es la universidad privada con mayor cantidad de alumnos de la Argentina, y la que más ha crecido en toda la historia universitaria. ¿Cuál es la clave de ese éxito?

Que desarrollamos una nueva era geológica en la educación argentina. Fuimos inclusivos para los que hasta ahora no podían acceder a la universidad. Nuestra metodología de educación mediada por tecnología permitió que sectores que impensablemente no podían acceder a la educación pudieran hacerlo. Todas las personas del interior que trabajan, que tienen familia, que tienen su vida organizada, que perdieron el tren de terminar el secundario y hacer la universidad, pudieron estudiar con nosotros a través de la educación mediada por tecnología. La universidad pública hizo grande a la Argentina, pero, al no llegar a esos sectores que no podían viajar y establecerse en las ciudades donde había universidades públicas, estuvimos nosotros.

Se pudiera decir que antes de que apareciera el Zoom, antes de que la pandemia hiciera popular las videoconferencias, ustedes, 10 años antes, utilizaron el sistema que hoy utilizan todos.

Sí, utilizábamos un LMS, un learning management system, que significa una plataforma donde el alumno puede estudiar y ver videos, leer textos, conectarse con el profesor, chatear con otros e interactuar con otros alumnos. Esa plataforma, bien estructurada con un modelo instruccional específico, hace que el estudio sea llevadero por alguien que no va sincrónicamente a un lugar a recibir clases. La característica es que es asincrónico: el alumno puede estudiar cuando el alumno puede, no en los que le impone la institución. Sí, el hacer los programas de estudios en esa plataforma con un modelo instruccional pensando en el alumno fue la clave de nuestro crecimiento. el alumno se inscribía y podía continuar estudiando y llegar al título. No era una promesa, sino que era posible.

¿Cuántos alumnos han pasado en estos 30 años?

Tenemos 100.000 egresados ya y, en este momento, tenemos 90.000 alumnos.

En contexto de otras universidades privadas argentinas, ¿quién tiene esos números?

La que nos sigue tiene la mitad de los alumnos, que en este momento es la UADE, otra universidad empresarial también.

¿En qué te inspiraste para ese sistema? ¿Era lo que vos veías que ya lo estaban haciendo en el hemisferio norte ciertas universidades? ¿Cuál fue el momento "Eureka"?

El momento de "Eureka" fue cuando nosotros decidimos firmar una alianza con una corporación norteamericana situada en Texas, en Dallas, que nos situó en el estado del arte de la educación en el mundo. Esta corporación nos proveyó el LMS, que hoy es un LMS obsoleto, pero en aquel momento era lo mejor que había. Pudimos viajar y ver en qué estaba Estados Unidos y lo más avanzado de Asia y lo más avanzado de Brasil, porque Brasil fue el país que más innovó en educación en la época de Fernando Henrique Cardoso. Su ministro de Educación dio mucho poder a la universidad privada en Brasil y se expandió fuertemente. Entonces pudimos ver experiencias del mundo y vimos que, en realidad, educar a distancia era cambiar el modelo del aula tradicional. no era el aula, con el profesor dando clase en una tarima, sino que educar a distancia era desarrollar un modelo instruccional que fuera atractivo para el estudiante, que el estudiante pudiera ser contenido por la pantalla y no expulsado por la pantalla.

Y hoy ese sistema lo utilizan todas las universidades del mundo, ¿no?

No, muchas universidades siguen usando el Zoom o el Meet, y con eso no hacés educación a distancia.

¿No es lo mismo una videoconferencia que el sistema al que vos te referís?

No, para nada. Cuando nosotros empezamos educación en línea, teníamos al profesor filmándolo una hora dando una clase y pasábamos vía satélite a ese profesor. Una barbaridad. No hay forma de que un alumno vea una hora de un profesor dando una clase en una pantalla. Evolucionamos y aprendimos que no podía ser sincrónico, que teníamos que usar internet, que el alumno tenía que tener su propia laptop para poder estudiar y que la educación en línea no es un aula virtual, es una plataforma. El alumno estudia de una forma distinta a la que hace cuando estudia en un aula con otros compañeros y un profesor.

Si bien la enseñanza presencial también está cambiando, ahora el aula es invertida. El profesor ya no está en el pupitre, sino que los alumnos están en el centro y el profesor es una especie de coach de los alumnos, y hay mucha evolución en la enseñanza presencial. En la enseñanza en línea la clave está en que la plataforma no espante al alumno, sino que permita que el alumno crezca, desarrolle proyectos, avance en las evaluaciones y sienta la motivación a seguir estudiando, a seguir avanzando, porque lo ve posible, porque no siente que queda disminuido ante la plataforma.

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¿Es una educación que utiliza el Zoom, pero no de manera presencial, sino de manera como pudiera ser Netflix, que uno puede entrar a la hora que uno quiera, para ponerlo en términos concretos?

Así es. Más que Netflix diría YouTube. Vos podés ver un video a la hora que querés. El Zoom o el Meet es para algo sincrónico: vos y yo, en distinto lugar pero en el mismo momento, es sincrónico. El tiempo nos unifica. En la plataforma es asincrónico: vos entrás a la plataforma cuando vos querés. Ahora, tiene que haber otro lado con el que te puedas comunicar con otros alumnos o con la institución. Entonces, la virtud de la plataforma es que tiene que tener esa facilidad: que el alumno ingrese y pueda acceder a links, a evaluaciones, a videos, a textos, pueda acceder a chatear con otros, pueda acceder a conectarse con el profesor en su momento, en el tiempo que él tiene, no en el que una institución le fija.

Y todo ese sistema, si vos tuvieras que comparar con Brasil, donde contabas que también hubo un desarrollo muy grande de la universidad privada, ¿es competitivo? ¿Estamos mejor que en Brasil?

Nosotros aprendimos de Brasil, pero somos competitivos. Pero Brasil vivió un proceso de concentración. Hoy cuatro redes tienen un millón de alumnos y absorbió a decenas de universidades. Nosotros en Argentina estamos en un proceso absolutamente distinto. En Argentina, cada universidad mantiene su identidad y todas evolucionamos de distintas formas. Y Brasil y México tienen un problema: al eliminar las barreras de competencia, la competencia llevó a una lucha salvaje por precio. Entonces, hoy en día esas redes ofrecen educación a muy bajo costo y de mala calidad, con pocos servicios. Está la plataforma, pero no tenés servicio, no tenés atención, y eso hace que se vaya a vivir un proceso que va a ser al revés, que es en el que estamos nosotros, que es que la educación de calidad, mediada por tecnología, no pierda calidad y, por ende, su precio no sea tan distinto al precio de estudiar presencial.

Pero además, al mismo tiempo, esa mediada por tecnología, en el caso de la Universidad Siglo 21, implica también alguna presencialidad, porque tienen que ir a dar examen. Yo he visto decenas de alumnos en el campus de Siglo 21.

Nosotros tenemos cinco modalidades que van de la presencial pura a la virtual pura, pasando por modelos híbridos. Pero al alumno que estudia online nosotros le ponemos como requisito dos exámenes presenciales a lo largo de la carrera: uno cuando termina tercer año y uno cuando está por recibirse. Estos exámenes presenciales son ante un tribunal y son comprensivos de todo lo que ha cursado hasta ese momento. En ese momento el alumno hace una síntesis de lo que ha venido estudiando. Se enfrenta oralmente a rendir frente a un tribunal, cosa que no ha hecho en la plataforma, y eso lo termina de formar y le termina de dar identidad. Cuando el alumno egresa, egresa en nuestro campus, por más que sea de Jujuy, porque va a rendir al campus. Ahí se recibe, ahí ve la institución donde ha estudiado, reafirma su identidad y se transforma en un estudiante que valora ese esfuerzo que se le ha exigido. Nuestros competidores hacen publicidad diciendo “No tenemos examen final presencial”, como diciendo “conmigo es más fácil”. Nosotros de ninguna manera hemos renunciado a esta obligación, porque creemos que es parte del sistema educativo y nuestros alumnos lo terminan valorando mucho.

Uno de los temas de discusión siempre en la universidad es cuántos egresan de los que comienzan. ¿Cómo es el caso del Siglo 21?

Estamos alrededor del 30%, que es una cifra muy alta para el sistema.

¿En ese examen a mitad de la carrera ahí queda una parte importante?

Pero vuelven a rendir. Les va mal a bastantes, es un examen duro, pero después realmente se sienten muy bien. Nadie abandona en ese examen. Inclusive se preparan para ese examen, porque les da bastante tensión, pero es un examen que te prepara mucho para la vida profesional.

¿Qué desafíos te plantea la inteligencia artificial? ¿Y qué oportunidades? ¿Cómo te plantás frente a ella?

Hace un año la International Finance Corporation (IFC) convocó a ocho universidades latinoamericanas muy grandes y nos llevó a España a visitar ocho universidades que están introduciendo ya inteligencia artificial. Cuando le preguntamos a ellos por qué hacían esto nos dijeron que ven que en Estados Unidos la educación está totalmente cambiando con la inteligencia artificial y que veían a América Latina dormida porque no entendemos que esto va a cambiar la forma de enseñar, de aprender, de estudiar. Y por eso tuvieron la iniciativa de que se vea el impacto que va a tener para que Latinoamérica no quede tan atrasada. Lo agradecimos profundamente.

Nosotros, a la vuelta de este viaje donde visitamos muchas instituciones, desarrollamos simultáneamente tres proyectos de inteligencia artificial. Uno está dirigido a modernizar la gestión. Otro está dirigido a la cuestión tutorial sobre cómo la inteligencia artificial te puede ayudar a personalizar más la educación con tutores virtuales que pueden ir contribuyendo a tu proceso de adquisición de conocimientos sin límite de tiempo, durante 24 horas y con bases de datos concentradas en las materias que cursás. Ese proyecto ya también está en marcha. Y el tercer proyecto tiene que ver con la información y la captación de los alumnos también con inteligencia artificial. Yo tuve ocasión de ver en una universidad un bot que me atendía y que era increíble: sabía todo, pero por más irritativa que fuera tu pregunta, el bot siempre te respondía simpático, cálido, amable. Entonces de repente vos te das cuenta que es preferible que me atienda un bot y no un humano que no tenga toda la información y que sea irritable. Estoy llevándolo a un extremo, pero quiere decir que la inteligencia artificial bien utilizada va a ser un boost para la educación, pero un boost para los alumnos. Los alumnos van a poder aprender más y mejor.

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¿Qué significaron estas elecciones en Córdoba? ¿Cómo imaginás las de 2027? ¿Por qué Córdoba siempre es distinta? ¿Por qué el peronismo de Córdoba es tan distinto al resto de la Argentina? ¿Por qué adelantan siempre lo que sucede en el resto del país?

Me das una oportunidad muy interesante. El gobernador de Córdoba acaba de anunciar algo inédito: una reducción de impuestos muy grande en todos los impuestos de Córdoba. Y hoy me levanto y veo la foto de las siete organizaciones empresariales más importantes dando un total apoyo a la medida tomada por el gobierno de reducción de los impuestos. Por eso es diferente Córdoba: porque Córdoba, sin ser un gobierno oficialista, hoy gobierna un peronismo que ha sido productivista y antes gobernaba un radicalismo que también era productivista.

En Córdoba nunca hubo grieta, nunca hubo una oposición que fuera enemiga del oficialismo y un oficialismo que fuera enemigo de toda la oposición. El kirchnerismo en Córdoba tiene menos del 10% de adhesión. Los cordobeses nunca olvidan que durante el kirchnerismo se alentó un golpe policial que dejó a los cordobeses desguarnecidos. Se vivieron momentos muy duros. Nunca se le perdonó al kirchnerismo esa actitud con Córdoba. Y yo te diría que hoy Córdoba tiene un peronismo que lanza esta iniciativa de Provincias Unidas, que es una fuerza de centro productivista y que sin duda, para mí, le hace bien a la sociedad argentina. O sea, puede apoyar al oficialismo, puede restarle apoyo al oficialismo según las políticas que el oficialismo plantee. Pero Córdoba, esencialmente, no importa bien qué partido político seas, sino que, en general, cuando es el momento de desarrollar la provincia, nos ponemos todos de acuerdo.

Se puede decir que, así como Córdoba es distinta, ese también es el espíritu del Siglo 21. No es casual que haya nacido en Córdoba, no podría haber nacido en otro lugar.

Yo creo que no es casual. Creo que Córdoba es un caldo de cultivo para la innovación, para el desafío, para el crecimiento. Córdoba es una provincia emprendedora, donde el emprendimiento y el desarrollo están bien vistos. Córdoba no es una provincia donde toda la gente aspire a ocupar un cargo público, por ejemplo. De hecho, tenemos el índice de empleados públicos menor de todas las provincias. Es un lugar de oportunidades porque prima un espíritu vinculado al desarrollo, un espíritu vinculado al crecimiento.

Y, de hecho, hemos tenido el privilegio de tener, desde la vuelta de la democracia hasta acá, gobernadores de dos signos políticos y, sin embargo, hemos tenido continuidad de políticas. En su momento, Eduardo Angeloz integraba a Córdoba con el mundo abriendo sedes consulados de Córdoba para el desarrollo económico. El PAICOR fue un programa de almuerzos en las escuelas para las escuelas carenciadas, que lo inauguró Angeloz. Se sigue llamando PAICOR 30 años después con gobierno de otro signo. Estas cosas son rescatables y explican también a Siglo 21.

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