POLICIA
un chocolate y un protector con brillos para el celular

Las insólitas compras que delataron a una ‘viuda negra’

Lidia Esther Lobo, de 20 años, fue detenida por la Policía en la ciudad de Choele Choel, en la provincia de Río Negro, a unos mil kilómetros de la Capital Federal, donde se sospecha que sedujo, durmió y asaltó a dos hombres. Los investigadores confirmaron que desde el teléfono celular de una de sus víctimas accedió a la cuenta de Mercado Pago y transfirió 5.538.721 de pesos a una de sus cuentas. Además, realizó compras con otras billeteras virtuales.

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Redes sociales. Así se mostraba Lidia en su cuenta de TikTok. También interactuaba desde su perfil de Instagram. | cedoc

El hombre estaba inconsciente en el piso de su departamento del barrio porteño de Caballito cuando, desde su propio celular, se hicieron transferencias por más de 5.538.721 pesos. Minutos antes de irse, quien había estado cenando con él realizó una última operación: compró un chocolate a través de Mercado Pago y lo hizo entregar en ese mismo domicilio. Esa secuencia –registrada con fecha, hora y dirección– se convirtió en una de las claves para reconstruir el camino que llevó a los investigadores hasta una joven “viuda negra”.

La acusada fue identificada como Lidia Esther Lobo. Nació el 15 de diciembre de 2004 y el próximo lunes cumplirá 21 años, pero no tendrá torta ni ganas de festejar. Está detenida, acusada de haber cometido al menos dos robos en la Ciudad de Buenos Aires, entre abril y mayo de este año. En ambos casos, el patrón fue similar: sedujo a sus víctimas por redes sociales, pactó un encuentro en su domicilio, los durmió con un somnífero que diluyó en la bebida y finalmente vació sus cuentas y se llevó todo lo que encontró de valor.

El llamativo episodio del chocolate ocurrió el 30 de mayo pasado en un departamento de la calle Pujol al 900. Según la imputación, la joven había contactado a la víctima por WhatsApp y concertado una cita. Durante la cena, el hombre consumió una bebida adulterada y se desvaneció cuando estaba por ducharse.

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Mientras permanecía inconsciente, le desbloqueó uno de sus teléfonos celulares y accedió a su cuenta de Mercado Pago. Desde allí se realizaron varias transferencias que, sumadas, alcanzaron los 5.538.721 pesos. En ese mismo lapso la joven efectuó una compra puntual: un chocolate que fue entregado en el propio domicilio del damnificado antes de que la mujer se retirara del lugar. La operación quedó registrada con fecha, horario y dirección.

Cuando la víctima despertó pasada la medianoche, encontró su departamento revuelto. Faltaban 4 mil dólares, dos teléfonos celulares, una notebook, una guitarra eléctrica con su funda, un par de aros de oro, un reloj, varias prendas de vestir y un perfume. Tras advertir los movimientos en su cuenta y las transferencias realizadas, efectuó la denuncia policial.

Ese no fue el único hecho incorporado al expediente. La investigación también reconstruyó un episodio similar ocurrido el 5 de abril pasado en un departamento de la calle Amenábar al 3800, en el barrio porteño de Núñez. En esa ocasión, la víctima había invitado a la joven a permanecer en su vivienda hasta el 8 de abril.

Ese día, pasado el mediodía, mientras bebían fernet con Coca-Cola, el hombre perdió el conocimiento. Al despertar, constató que le habían robado 150 mil pesos, un teléfono celular, auriculares inalámbricos, electrodomésticos de cocina, dos valijas, un CPU, dos handies y una filmadora. La joven mujer ya no se encontraba en el lugar.

Al día siguiente, desde el celular de esa víctima, se registraron operaciones en Mercado Libre y Mercado Pago. Lidia se compró un par de zapatillas y un protector con brillos para la cámara de su teléfono celular. Las transacciones quedaron asociadas a cuentas y direcciones concretas, que luego serían incorporadas como elementos de prueba para dar con la principal sospechosa.

Con los dos hechos denunciados, el análisis de las transferencias y las compras desde los teléfonos de las víctimas los investigadores avanzaron sobre la identidad y el recorrido de la “viuda negra”. En septiembre, la jueza a cargo de la causa solicitó la colaboración de la Secretaría de Captura de Prófugos (Secap), que funciona dentro de la Unidad Fiscal Especializada en Investigación Criminal Compleja (Ufecri).

A partir de pedidos de informes a distintos organismos estatales y a compañías de telefonía celular, se estableció que Lobo registraba vínculos familiares en el valle medio de la provincia de Río Negro. Con esos datos, y a través de la Policía Federal Argentina, se pidió colaboración a la Policía de Río Negro para localizarla.

El primer operativo no tuvo resultados: la joven ya no se encontraba en el domicilio relevado, ya que se había mudado al Alto Valle. Sin embargo, la pista se mantuvo activa. Lobo regresó a Choele Choel. Allí se montó un nuevo operativo y finalmente el 2 de diciembre se concretó su detención.

Tras ser arrestada, quedó alojada en la subcomisaría 71 de la Policía de Río Negro, en la localidad de Pomona. Desde allí fue indagada de manera virtual por la jueza Ángeles Mariana Gómez Maiorano, imputada por el delito de robo agravado. En su declaración, negó los hechos que se le atribuyen.

“Cachorra”, una seductora mortal

R.P.

Casi en simultáneo a la detención de Lidia Esther Lobo en Choele Choel, otra causa volvió a poner en primer plano una modalidad que parece no tener freno. En Lanús fue detenida Aiana Micaela Vargas, de 29 años, conocida como “Cachorra”, una “viuda negra” acusada por el homicidio de José David Silva, un excombatiente de la guerra de Malvinas asesinado a puñaladas en el barrio porteño de Constitución.

La captura se concretó en una vivienda ubicada sobre la avenida 9 de Julio, entre Pergamino y Luján, donde personal de la DDI Quilmes realizó tareas de vigilancia encubierta hasta confirmar la salida de la sospechosa del inmueble. En ese momento fue interceptada y quedó bajo arresto, tras haber permanecido prófuga durante meses.

Vargas era buscada como presunta cómplice de su pareja, Leandro Damián Díaz, de 35 años, quien había sido detenido semanas atrás en la provincia de Chaco. El crimen ocurrió en junio de 2024 en una casa de la calle San Juan al 1300, donde Silva fue atacado de cinco puñaladas en el cuello. Luego del homicidio, ambos huyeron y se mantuvieron ocultos.

Con el avance de la investigación, Díaz fue localizado por efectivos de la Comisaría 8ª de Chaco y quedó detenido a disposición de la Justicia. Vargas, en tanto, quedó imputada por “homicidio” y a disposición del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°4.

Según la investigación, “Cachorra” habría seducido a Silva con el objetivo de desvalijar su domicilio. Hasta el día del ataque, el excombatiente no había advertido las verdaderas intenciones de la joven, de quien se estaba enamorando.