En tres décadas, Chile no había vivido una crisis de inseguridad como la actual. Si bien se trata de una tendencia en aumento por el temor de la población, nada indicaba que iba a convertirse en la principal preocupación de los chilenos. Muchos cambiaron sus rutinas para evitar ser víctimas de delitos violentos.
La tasa de homicidios de los últimos seis años aumentó un 70%. La percepción de daño provocado por el robo con violencia subió un 37% en una década. Entre los delitos más frecuentes figuran los asaltos en los ingresos de las casas y los robos de vehículos en la vía pública. Un informe de la encuestadora Ipsos dice que para el 52% de los chilenos la principal preocupación es la delincuencia, así como la multiplicación de las mafias organizadas y el narcotráfico. Las incautaciones de droga aumentaron un 150% en 2021.
El presidente de Chile Gabriel Boric amplía su mensaje ante caída de su popularidad
El uso de armas de fuego también despierta preocupación. En Chile hay 2.200.000 armas en posesión de civiles, de las cuales 1.456.818 no están registradas, según el portal suizo Small Arms Survey. En los primeros cinco meses de 2022, la policía se incautó 515 armas ilegales, 11,23% más que el mismo periodo del año pasado.
El presidente Gabriel Boric dedicó a la seguridad buena parte de su primer informe a la Nación ante el Congreso. Anunció un proyecto de ley para limitar el acceso legal a las armas. Las nuevas formas del delito incluyen la aparición de sicarios, los asaltos en motos y el tráfico de migrantes a cargo de bandas.
Boric anunció una reforma del cuerpo de Carabineros, la policía militarizada chilena, fuente de fuertes críticas por casos de corrupción y denuncias de violaciones de los derechos humanos.
JL PAR