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MODO FONTEVECCHIA
Escándalo en campaña

Lucas Romero: "Al Gobierno le sale más caro sostener a Espert que correrlo"

El analista político sostuvo que la presencia del candidato a diputado en la boleta genera un “costo electoral muy superior” para el oficialismo y agregó: "No hay una explicación para brindar que pueda neutralizar el efecto negativo".

Lucas Romero. analista político
Lucas Romero. analista político | Cedoc

Lucas Romero indicó que advirtió que mantener a José Luis Espert como candidato a diputado nacional en la provincia de Buenos Aires tiene un costo electoral mucho mayor que su renuncia, incluso con las limitaciones de la impresión de las boletas. "Al Gobierno le surgen los hechos y hace una muy mala gestión de comunicación de crisis", afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).

Lucas Romero es licenciado en Ciencias Políticas. Dirige Sinopsis Consultores y tiene experiencia en campañas electorales tanto en Argentina como en el exterior. Realiza análisis de políticas públicas y estrategia de comunicación política. Entre 2004 y 2008 fue director del Observatorio Parlamentario.

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Todo parece indicar que la candidatura de Espert es un salvavida de plomo para cualquier partido político. Además, con la Boleta Única, tienen la dificultad de poder sacarlo, y su foto encabeza el distrito electoral más importante del país. ¿Qué crees que puede significar desde el punto de vista electoral esta especie de desbarranco de Espera en las últimas semanas?

Le urge al Gobierno la necesidad de tener un correcto diagnóstico y un correcto cálculo respecto de cuáles son los costos de sostener a Espert como candidato o cuáles son los costos de provocar su renuncia. Esta segunda opción está efectivamente limitada por lo que vos decís porque las boletas están impresas, según informaron de la Justicia Electoral en la provincia de Buenos Aires. Por lo tanto, allí habría una limitación, pero la verdad es que un aspecto central, dentro de las capacidades de actuación de cualquier actor político, es la capacidad de controlar la agenda pública, más aún en un contexto electoral.

Cualquier diseño de una estrategia electoral supone tener alguna capacidad de controlar de qué vamos a hablar en la conversación pública durante la campaña y hasta el momento de votar. Y la verdad es que uno ve la transgresión original y las secundarias que están ocurriendo, que tienen que ver con cómo reacciona el Gobierno frente a esto, y en términos teóricos es un escándalo político. Da la sensación que va a ser muy difícil que el Gobierno pueda retirar este tema de la agenda. Al Gobierno le sale más caro sostener a Espert que correrlo de la escena, aún con esa limitación de la boleta. Porque estar discutiendo en una campaña electoral de estas características en la provincia de Buenos Aires, con la problemática del narcotráfico que hay, con un candidato que tuvo algún vínculo y fue financiado por alguien sospechado y evaluado en la justicia por sus vínculos con el narcotráfico, es realmente una situación dramática para pensar que el Gobierno pueda tener un buen resultado electoral de esta forma.

Si vos fueras consultor del Gobierno y te preguntaran, vos dirías: "Bájelo".

Sí, porque no hay una explicación para brindar que pueda neutralizar el efecto negativo de lo que está ocurriendo como hecho político en la conversación pública, que es la aparición de evidencia incontrastable, indubitable, de los vínculos entre José Luis Espert y esta persona que está siendo enjuiciada por estar sospechada de narcotráfico en la justicia norteamericana, a la cual uno puede endilgar intencionalidad política argentina. Del modo en que vienen desarrollándose los acontecimientos, mientras el Gobierno se resiste a aceptar que los costos de correrlo están mucho menores que los costos de sostenerlo, va a seguir persistiendo en el error.

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Podemos recordar otros casos similares. En San Juan la Corte Suprema Nacional impidió la reelección del gobernador, y las boletas aparecieron con el nombre de él tachado. No sé si vos recordás algún otro caso...

Tenemos el caso de Fernando Niembro en la Ciudad de Buenos Aires, con un escándalo vinculado con algún tipo de hecho de corrupción o de asociación con un financiamiento espurio.

¿Qué pasó ahí? ¿El nombre de él estaba impreso en la boleta?

Sí, yo creo que el nombre finalmente estuvo en la boleta. Pero independientemente de la cuestión técnica de si el nombre está o no está, es inevitable pensar que el costo de sostenerlo tiene implicancias en términos de la estrategia política electoral que lo van a hacer mucho más elevado que el costo de correrlo, porque puede incluso enfrentar el riesgo de que siga apareciendo evidencia que pueda comprometer aún más la percepción pública sobre cuál es la situación del principal candidato. Ni que hablar de las dificultades que puede tener un candidato de estas características para efectivamente atender la requisitoria periodística habitual de un candidato en un contexto de campaña electoral.

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Sale un tema y entra otro. Es un cisne negro tras otro: el caso de Spagnuolo, el caso del 3%, antes el fentanilo, ahora el caso de, Espert. Pareciera que fuera una especie de sol negro para el Gobierno.

Sí, lo vimos mucho durante la previa de la elección en la provincia de Buenos Aires del 7 de septiembre, con el resultado adverso que produjo, pero se vio una impericia muy manifiesta del Gobierno para lograr control sobre la agenda pública. Y es cierto que un gobierno habitualmente no controla el 100% de la conversación pública. Los gobiernos tienen más recursos para controlar la conversación pública, pero no la controlan en su totalidad. Ahora, este es un Gobierno que no controla nada. No solo que no controla: al Gobierno le surgen los hechos y hace una muy mala gestión de comunicación de crisis. Está muy estudiado el tema de los escándalos políticos, y es tan importante la transgresión original, que es el hecho que dispara el escándalo, como la reacción a la transgresión original, que es cómo se responde.

Hay un ejemplo muy puntual de praxis política. Hace 75 años que está inventado el teleprompter, que es esta herramienta mediante la cual alguien puede hablar mirando la cámara y leer. Ese recurso le permite al que está efectuando ese mensaje hablar con naturalidad, mirar a los ojos a la audiencia, transmitir confianza, seguridad, le permite que la comunicación sea mucho más efectiva. Si Espert se presenta leyendo la explicación que tiene que darle a la sociedad argentina respecto de sus vínculos con este supuesto narcotraficante, hay una invitación a pensar que ese papel se lo escribieron. Hasta en ese punto hay errores de praxis política de un Gobierno que se vanagloria de estar muy actualizado, pero realmente tiene mecanismos de comunicación absolutamente analógicos. El Presidente lee los discursos sin mirar a la cámara, sin mirar a la gente, no pudiendo transmitir realmente que este discurso surge de sus capacidades, de sus pensamientos, de sus ideas y su visión.

TV/ff