En diálogo con Jorge Fontevecchia para Radio Perfil, el economista y director del Instituto Estadístico de los Trabajadores (IET) Mariano de Miguel, habló sobre el impacto que podría tener la falta de control de las variables que inciden en la formación de precios por parte del Gobierno. De no ser así, de Miguel proyecta un escenario de “alta inflación” con el riesgo de que “se vaya todo de las manos”.
JF: En marzo la inflación récord ronda el 7%. ¿Cuál es tu visión sobre las posibilidades de bajarla en las expectativas que ayer el ministro Guzmán planteó en su reportaje en C5N?
MdM: Efectivamente va a andar cerca de esa cifra. En el IET medimos la inflación, no de toda la población, pero sí de aquellos hogares que son asalariados y a nosotros nos dio 6,8%. Es algo que no veíamos desde septiembre de 2018, el mes posterior a la devaluación de agosto, esencialmente en el rubro de alimentos. Si tomamos conciencia de que los precios gravitan, y se mueven alrededor de los costos, observamos variables que inciden en los valores de producción de la Argentina. De esta forma, vamos a tener una idea de lo que pueda llegar a pasar. Las expectativas del ministro estarán en sintonía con controlar esas variables que inciden en los costos y por ende en los precios.
JF: ¿Qué evaluación hace acerca del funcionamiento de los controles de precios y qué rol tienen?
MdM: Diría que es la diferencia entre norma, regla, y excepción. Los controles y regulaciones, más allá de si uno está o no de acuerdo con ellos, el efecto es a corto plazo pero, como regla, la dinámica de la inflación se define por la capacidad de los distintos gobiernos de controlar las variables que son clave para definir los costos de una economía. Si controlamos y regulamos mucho, pero el gobierno no maneja el tipo de cambio -por los acuerdos que firmó con el Fondo Monetario Internacional o por la convicción de moderar tarifas-, la inflación no se va a moderar aunque controlen y regulen todo lo que quieran.
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JF: El gobierno anunció que, a partir de abril, algunos aumentos van a empezar a aplicarse. ¿Cómo va a impactar eso en el segmento que analizan ustedes?
MdM: Va a sumar un elemento a la inflación. Allí está uno de los grandes dilemas o corsets que tiene el acuerdo con el FMI, ya que el Fondo (Monetario Internacional) presiona y supone que no va a haber congelamiento de tarifas. Pero ellas se van a ajustar. También se acordó que el tipo de cambio acompañe a la inflación pero eso, a su vez, incide: es como el perro que se muerde la cola. Si los salarios, que son un componente de los costos de la economía también van para arriba al igual qué las tarifas, evidentemente la dinámica de la inflación va a ser difícil de estabilizar. Todo este año hay que olvidarse de inflaciones en niveles bajos. El gran desafío es que una alta inflación estable o no, corra el riesgo de irse de las manos con los problemas que esto conlleva.
JF: ¿Cuánto hay de ese famoso esquema precio por cantidad? Siempre pongo el ejemplo de que Eduardo Duhalde tenía 25% de desempleo y la gente ganaba salarios muy buenos con el 1 a 1. Luego de la devaluación, y reducción del salario a un 40%, bajó el desempleo a menos de 10%. ¿Hay algo de eso planteado, o solapado, y el Gobierno no lo dice?
MdM: En general, cuando los salarios reales suben, eso tiene como correlato que la tasa de rentabilidad baje y más allá de que la inversión se eleve, puede generar tensiones económico-políticas. La economía es una ciencia social y la historia es el laboratorio de las ciencias sociales. La Argentina da mucho para corroborar lo que usted dice en algún punto pero no necesariamente eso es siempre así. Hoy no apostaría a que el crecimiento del empleo venga de la mano del ajuste salarial. El crecimiento del empleo va a venir de la mano del crecimiento de la economía, pero si no logramos mantener una estructura de crecimiento el empleo no se va a mover más allá de que los salarios se ajusten. De hecho, si uno mira 2020, tenemos un año en el que no hubo una mejora salarial y existió una caída del empleo.
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JF: Si el gobierno ya hizo ese ajuste, sospecho incluso que los sindicalistas tampoco preferían que más gente esté empleada aunque los salarios sean menores…
MdM: Puede ocurrir que, en algún momento, existió un gobierno o sectores que vieron con buenos ojos el ajuste de los salarios y que entiendan que una buena oportunidad para hacerlo es no yendo directamente contra la remuneración, como alguna vez lo planteó López Murphy, sino erosionar la capacidad adquisitiva con una inflación que se come los salarios. Esa es una posibilidad, aunque no sé si es lo que habrá pasado.
JF: Ahora el desafío es que con una tasa de desempleo del 7%, el trimestre de salarios reales aumente...
MdM: Uno podría pensar que hay economías más orientadas al mercado externo donde el ajuste de salario no solo no sea pernicioso, sino que una plataforma para ser más competitivos en el exterior. Quizás el problema de economías como la de Argentina, Brasil y Chile, es que ese ajuste de salarios, si dura demasiado, termina yendo en contra del objetivo inicial. Esto iría en contra lo que constituye el poder adquisitivo central y el componente de la demanda.