El politólogo Mario Riorda publicó recientemente un estudio en el que encuestó a consultoras sobre la asimetría de género en ámbitos políticos. El informe concluye que "los partidos políticos son mucho más obstaculizadores que facilitadores del acceso de la mujer a la política". "En espacios de la derecha radicalizada hay un alto nivel de negación de las asimetrías de género", afirmó en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).
Nuria Am (NA): ¿Es mayor la desigualdad entre hombres y mujeres en política que en otros ámbitos?
Hay un estudio sobre mujeres intendentas que expresa que sólo el 12% lo son, y mayormente en municipios rurales. Si vamos a ciudades grandes, de más de 100.000 habitantes, es el 0,04%. Son números bastante contundentes para advertir que, salvo que se pongan cupos, la visibilidad de las mujeres en política está absolutamente restringida.
Esto no quiere decir que no haya personas que lleguen. Cristina Kirchner es el ejemplo de esto, pero son excepciones en términos de lo que significa el promedio.
Basta ver cualquier organismo multilateral, reunión o cumbre política. Eso deja en evidencia que lo que muestran los estudios es real.
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NA: ¿La política es un ámbito machista?
Sí, desde todo punto de vista. Junto a Paola Zuban hicimos un estudio, puntualizando en el mundo de la consultoría. Nos pareció interesante hacer esto porque nosotros participamos de la política en su propia cocina.
En el mundo de la consultoría política también se exportan tipologías, usos y prácticas, que se llevan de país a país, con la propia consultora, que va incorporando un método.
El mundo de la consultoría, que reproduce a la perfección lo que sucede en el mundo de la política, empieza a incorporar la noción de un feminismo, culturalmente hablando.
El sexismo en la consultoría política
En política hay un sexismo benevolente. El domingo lo mencionamos en una nota en el diario Perfil. La idea de la persona como “maravillosa” tiende a una imagen idealizada de la mujer como esposa o madre, es decir, un objeto romántico. Y por eso se la premia.
Esos sentimientos positivos ayudan a incorporar cambios normativos que tienen que ver con cupos, con cambios culturales que favorecen a las mujeres, pero a la vez siguen reproduciendo los estereotipos tradicionales de dominancia masculina.
La participación de las mujeres en la política
NA: Los cupos, ¿solucionan el tema de fondo?
El cupo ayuda, pero no soluciona el problema. Cuando uno compara los ámbitos donde hay cupo, como los legislativos, con los espacios donde no lo hay, como los ámbitos ejecutivos, aparecen contrastes brutales.
Por ejemplo, los hombres acceden en un 82% más a los recursos económicos, 89% más a espacios de poder y 84% a las mesas de decisiones. Además, el uso de la palabra se distribuye 77% más entre hombres que entre mujeres, se les consideran sus propuestas en un 62%, en un 60% tienen mayor disponibilidad de tiempo para iniciar su militancia política.
En todo hay asimetría, excepto en la capacidad de formación, porque la capacidad de la mujer es equivalente a la del hombre.
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Además, analizamos cuatro áreas de violencia hacia las mujeres. En primer lugar, las agresiones verbales, comentarios sobre el estado emocional y mental, 90% de las mujeres en política las han sufrido. “Estás nerviosa”, “estás loca”, “sos sensible”, “sos intensa”, son comentarios de moneda corriente.
En segundo lugar, la desvalorización de la palabra. No se las escucha ni se las invita a reuniones. La convocatoria de las mujeres en campaña, aún de mujeres, es escasa. Esto se expresa en el 75 u 80 por ciento de los casos.
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En tercer lugar, la negación de recursos para que la mujer tenga una actividad política de modo equivalente en términos de posibilidades y competitividad. Todo lo que significa la falta de apoyo para la organización del tiempo familiar, e incluso el sabotaje en materiales de campaña y la distribución desigual del trabajo. Todo esto ronda valores del 70 y el 80 por ciento.
El cuarto núcleo tiene que ver con agresiones personales que incluyen la actividad física. El 75% de los consultores ha visto situaciones de discriminación por género en reuniones. También menosprecio por ser mujer el 70%, contacto físico no deseado en el 58%, chantaje sexual en el 54%, amenazas personales 47%, agresión física 36% y abuso sexual por parte de superiores en el 27%.
El rol de las mujeres en los sindicatos
Alejandro Gomel (AG): ¿Ocurre lo mismo en el ámbito del sindicalismo?
Los partidos políticos son mucho más obstaculizadores que facilitadores del acceso de la mujer a la política. Si trasladamos esto al mundo del sindicalismo, podríamos decir que son bloqueadores. Si hay liderazgos femeninos son muy particulares y azarosos, en algún tipo de comisión particular en las direcciones o sindicalización que nuclea a mujeres.
La influencia de la política en la participación femenina
AG: ¿Hay diferencias entre distintos sectores dentro de la política? ¿Esta problemática es transversal a todos los espacios?
Esta diferencia no la pudimos percibir en el estudio porque lo hicimos sobre la industria que asesora a los partidos políticos. Pero sí te puedo decir que, en términos de derechos, hay una concientización transversal a la totalidad de los partidos. Pero la idea del sexismo hostil se hace más visible en partidos conservadores y de derecha.
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Discutir contra la cuestión de género, como lo hacen los partidos conservadores o de derecha, implica que hay desigualdades naturales dadas. Estos estudios presuponen que las diferencias son culturales, no naturales. En espacios de la derecha radicalizada hay un alto nivel de negación de las asimetrías de género.
FM JL
