El líder del partido Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, avanza hacia un frente común de izquierda con los ecologistas y los comunistas de cara a las legislativas de junio. El hueso más duro de roer sigue siendo el Partido Socialista, renuente a sumarse por diferencias de fondo.
Mélenchon ha sido el candidato de izquierda más votado en las presidenciales de abril, cuando quedó a 400 mil votos de pasar a la segunda vuelta, finalmente ganada por Emmanuel Macron frente a la candidata de ultraderecha Marine Le Pen.
Desde esa posición de fortaleza procura hacerse fuerte en la Asamblea Nacional, algo que no ocurrirá si las fuerzas de izquierda van por separado. Mélenchon, de 70 años y con tres tentativas para ganar el Elíseo, marcó territorio tras la primera vuelta al asegurar que buscará una mayoría parlamentaria de izquierda en el Parlamento que obligue a Macron a nombrarlo primer ministro.
La Francia Insumisa ya acordó con los ecologistas. Los dos partidos presentarán en los próximos días un programa conjunto que incluirá la suba del salario mínimo hasta los 1.400 euros, el adelanto de los 62 a los 60 años de la edad mínima de jubilación, la reducción de la jornada de trabajo, el bloqueo de los precios de los productos de primera necesidad y la planificación ecológica.
El único referente de un frente electoral de izquierda es el que en los años 80 logró conformar François Mitterrand, el primer presidente socialista de la V República.
El partido de Macron, La República en Marcha, al que las encuestas le dan una mayoría holgada, puede atraer a diputados de la derecha conservadora que temen perder su escaño mientras que la extrema derecha puede también acelerar su unidad en torno a Le Pen.
JL PAR