Cientos de niñas iraníes han sido presuntamente envenenadas con gas en numerosas escuelas en las últimas semanas. El régimen teocrático desestimó inicialmente esos incidentes, que han afectado a unas 30 escuelas.
Las estudiantes sintieron dolores de cabeza, palpitaciones, náuseas y mareos. Algunas dijeron oler a mandarinas, cloro o productos de limpieza.
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El primer caso de envenenamiento se registró a finales de noviembre en la ciudad santa de Qom, a unos 125 kilómetros al suroeste de Teherán. Los supuestos ataques se producen tras las protestas por la muerte en septiembre de la joven Mahsa Amini.
Entre 50 y 80 niñas debieron ser hospitalizadas. Especulan que el objetivo de estos ataques podría ser el cierre de las escuelas para niñas.
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En invierno, con temperaturas bajo cero, las escuelas funcionan con gas natural. Existe la posibilidad de que las intoxicaciones hayan sido con monóxido de carbono. Lo curioso es que las escuelas afectadas solo impartan clases a niñas.
Las autoridades no han nombrado sospechosos, pero los ataques han suscitado temores de que las niñas iraníes puedan ser envenenadas por el solo hecho de querer educarse, algo que nunca había sido un problema en los más de 40 años desde la Revolución Islámica de 1979.
BL JL