Perfil
MODO FONTEVECCHIA
“Revolución interior”

Nacha Guevara: “Es el largo final de la democracia y aún no vemos el surgir de la nueva utopía”

La artista reflexiona sobre la crisis de la democracia y la necesidad de elevar el nivel de conciencia de la sociedad. “El capitalismo se ha ocupado de volvernos cada vez más idiotas”, señaló.

Nacha Guevara en el Cantando 2024
Nacha Guevara en el Cantando 2024 | Captura: América TV

Nacha Guevara analizó con una mirada crítica la situación política argentina: “Es un desorden bíblico. Creo que estamos asistiendo al final de la democracia como sistema”. Para la artista, el problema no es que un ciclo termine, sino que “todavía no vemos nacer la nueva utopía”. "Es muy poco lo que podemos hacer. La mayor contribución es ser amable. Sonreír, disculparse, decir “buenos días”, mirar a los ojos al otro, a ver cómo está, ser la mejor persona posible", dijo en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (AM 1190).

Nacha Guevara es actriz, cantante, bailarina y directora de teatro. Es una figura pionera del café-concert y del teatro musical en el país, y es considerada una de las artistas más importantes y completas de Latinoamérica. En su carrera musical publicó 27 álbumes, además de haber actuado en 15 películas y protagonizado decenas de espectáculos teatrales y ficciones televisivas.

¿Cómo ves la Argentina políticamente hoy?

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Es un desorden bíblico. Pero el mundo es un desorden bíblico. No digo esto para justificar lo que pasa aquí, pero estamos en un momento muy especial de la humanidad. Estamos viendo cosas que nunca soñamos ver. Y al mismo tiempo, es tal el bombardeo de esas cosas, que ya no tenemos lugar para el asombro. Creo que estamos asistiendo al final de la democracia como sistema. Todo sistema, todo en el universo, es un ciclo. Comienza, tiene su auge, su decadencia y muere. Todo lo que nos podamos imaginar del universo cumple ese ciclo. Lo cumplieron los egipcios, lo cumplieron los griegos, lo cumplieron los romanos, la monarquía, el feudalismo,el comunismo. Todo. No se salva nadie de eso.

Y entonces estamos asistiendo a ese final, que puede ser muy largo. Porque, para nosotros, no. Para los humanos es una eternidad; para el universo, es un instante. Ya está. Pero estoy casi segura de que estamos en el final del ciclo. El problema no es que sea el final del ciclo, porque todo ciclo termina. El problema es que todavía no vemos nacer la nueva utopía. Eso no quiere decir que no esté naciendo, porque cuando una semilla está germinando no la vemos. Pero está. Y va a florecer. Y va a surgir. Y va a ser lo que tenga que ser. Pero todavía no está a la vista. Y eso creo que es lo que nos produce tanta angustia también.

Marcelo Colombo: "En el 2001 la iglesia ayudó a recuperar acuerdos democráticos"

Hace un rato acá entrevistamos a un sociólogo italiano, Rocco Carbone. Él decía que el fascismo es un instrumento del capitalismo que utiliza cada vez que hay crisis, para que la crisis no lleve a la gente a la izquierda. Y luego estaba acá Solá, quien fue ministro de Relaciones Exteriores y de Agricultura, y gobernador de la provincia de Buenos Aires. Y él hacía otra forma de ecuación. Él decía que, en realidad, lo que aparece en estos casos son siempre críticas a la democracia, combates a la democracia, discusión respecto a la eficiencia de la democracia. Y que, en realidad, en el fondo, lo que hay es que los conservadores siempre atacan a la democracia porque es la democracia la que puede permitir que la centroizquierda pueda llegar a modificar algo y a renovar algo. Vos planteás que aparezca algo superador. Y cuando decís “superador”, ¿sería superador en el sentido de todavía más revolucionario?

El capitalismo se ha ocupado, y lo ha hecho muy bien, de volvernos cada vez más idiotas. Y más ignorantes y más distraídos. Esa es una gran maniobra pensada desde hace mucho. Esto es todo un plan. Y el plan está funcionando, en el sentido de que nos idiotiza a todos. O sea, yo creo que el problema que nosotros tenemos como humanidad es que, si no elevamos nuestro nivel de conciencia, no habrá sistema que nos haga felices ni que traiga aquello que buscamos.

¿Y qué sería mejor que la democracia? ¿Cómo imaginás eso?

Sería el gobierno de los sabios.

¿Y quién decide quiénes son los sabios?

Eso tiene que suceder espontáneamente. En una sociedad que tiene nivel de conciencia se da cuenta inmediatamente quién es el sabio y quién es el burro. Y a lo mejor no hay tantos burros en un nivel de conciencia más elevado. Había un maestro hindú, Maharishi, que anunciaba esto y decía: “Cuando la tecnología y la ciencia están aquí, y el nivel de conciencia de los humanos está aquí, es la receta del desastre”. Y ahí hemos llegado. Porque la ciencia y la tecnología avanzan a una velocidad y nuestra conciencia no avanza a la misma velocidad. Es más, si miramos la historia, no hay un solo momento en que no haya habido gente matándose entre unos y otros.

¿Quién será ahora el modelo de la democracia?

¿Qué es lo que no entendimos? ¿Qué parte no entendimos del milagro de la existencia, del milagro de estar vivos, de todo lo que tuvo que ocurrir para que yo naciera, para que vos nacieras, para que los que están aquí nacieran, para que todos coincidiéramos hoy en este momento para tener un encuentro? ¿Por qué no nos damos cuenta de esas cosas? ¿Por qué?

Aquel planteo de “Hay dos cosas maravillosas en mi vida: el cielo estrellado sobre mí y esta sociedad que integro”. ¿Cómo pudimos convertir lo que eran apenas productos químicos, moléculas, como la materia convertida en conciencia? Obviamente yo soy mucho más optimista que vos respecto de la democracia. Y escuchándote reflexiono y digo: quizás tengo intereses y creo que la democracia tiene larga vida porque no hay periodismo sin democracia. Es decir, el periodismo es parte de un sistema de división de poderes. La imprenta nace con la generación de la democracia.

Entonces, a lo mejor estoy siendo sesgado y tengo una ceguera paradigmática, que imagina la democracia como el mejor sistema, porque en otro sistema no habría periodistas. Probablemente estoy viendo miope la posibilidad de que cualquier otro sistema no concentre el poder. Porque, en el fondo, lo que se plantea como sistema democrático es que siempre hay una lucha en la distribución del poder. Entonces, bueno, ¿cómo hacemos para que el poder no quede concentrado en algo que finalmente termine siendo aplastante para todos los demás, no?

Las luchas son siempre las mismas, e llaman por distinto modo, cambian el disfraz, pero exactamente la lucha es siempre la misma desde que existe la humanidad. La crisis es una crisis humana. Ese es el problema: la crisis es humana. No estamos actuando como seres humanos. Nos olvidamos de que somos humanos. Y yo me temo que con la inteligencia artificial ese proceso se acelere, y nos vayamos olvidando de quiénes somos en realidad. Y vuelvo a insistir: al milagro de estar vivos, a todo lo que tuvo que hacer el universo por millones de años para crear una hojita de un árbol, un delfín, un amanecer y a nosotros.

Democracia argentina: amada, tolerada… y bajo sospecha

Historia es la historia de la materia hecha conciencia. Vos sos, en un sentido, cartesiana. Creés que hay una materia trascendente.

No importa cómo lo llames. Pero hay una inteligencia suprema. Esto no es una casualidad. Yo estoy esperando el salto cuántico nuestro.

Yo me refería a la astucia, a la razón, de cuando hay cosas que parecen que no tienen sentido. Esto decía Hegel, pero la razón tenía una astucia que le daba justificación, por algo era. ¿Y por qué será Milei en la Argentina?

Por nuestra ignorancia. Y nuestra ignorancia ha sido creada también. Nadie se ha ocupado, desde donde debería haberse ocupado, de que eso no creciera, no se desarrollara. No se gobierna con consignas, no se gobierna con palabras, se gobierna con ejemplo. Lo mismo que cuando se educa a un niño: las palabras no educan, la conducta educa.

Son muchos años que hemos vivido. Cada tanto, tenemos un Gandhi, un Tesla...

Un Lula...

Sí, lo estaba viendo. Me llama la atención. Este también está engolosinado con el poder, por cuarta vez. Habría que preguntarle a él, pero yo, desde afuera, yo creo que es mucho.

¿No creés que la vida se prolongó y que entonces hoy una persona de 80 años tiene, a lo mejor, la lucidez que tenía alguien de 60 en el pasado?

Vivimos más, pero vivimos peor. Y vivimos más, pero nos enfermamos más. Porque el resultado del mundo en que vivimos, del aire que respiramos, de todo el estrés monumental que recibimos, hace que vivamos más, pero el rendimiento de lo que llamamos vida es más corto que antes.

¿Y vos, en lo particular, no seguís disfrutando la vida con todo?

No 24 horas al día, ni siete días al año. Tengo momentos, como todo el mundo, en los que me siento bien, y tengo momentos en que no me siento nada bien. Y tengo momentos en los que decido aislarme un poco de lo que sucede, porque es tóxico. Porque he aceptado que, en este momento de la humanidad, es muy poco lo que podemos hacer. La mayor contribución es ser amable. Lo posible. Sonreír, disculparse, decir “buenos días”, mirar a los ojos al otro, a ver cómo está, ser la mejor persona posible. Esa es la única revolución en la que siempre he creído: la revolución interior. La más difícil de todas las revoluciones. La que nadie puede prohibir, ni la que nadie puede hacer que la realices.

Contame, Nacha, ¿cómo era esto del Museo Moderno presenta Nacha Guevara: Estoy aquí? Y, al mismo tiempo, si no me equivoco, estás presentando un nuevo espectáculo ahora en noviembre. O sea, te veo más prolífica, pues vos, así contado, alguien diría: “Bueno, esta mujer dosifica su energía.” Pero yo veo, por tus realizaciones, que no: estás plena de energía.

Pero la dosifico, porque no es la misma. Como decía Bette Davis: “Envejecer no es para los cobardes.” Es una frase extraordinaria. Pero bueno, me pasan cosas buenas, como esta exposición del Moderno, que la verdad es que me sorprendió mucho cuando me dijeron que iban a hacerla. Me gusta mucho que sea en el Moderno, porque está de acuerdo con lo que yo siempre he querido hacer. Y veo que, primero, que está muy bien hecha. Me gusta cuando veo que van madres con niños y les cuentan cómo es, y los niños miran las fotos y las tocan. O sea, es un reconocimiento muy grande, que yo tengo no solo en esta muestra, sino mucho en la calle.

Yo recibo un amor tan grande en la calle, cada vez que salgo a la puerta de mi casa, que es extraordinario. Y no estoy hablando de fama, estoy hablando de amor. Estoy hablando de cosas que te dicen, que te llegan al alma. Estoy hablando de gestos: del taxi que te lleva, en un taxi arruinado, y no te cobra el viaje, y te pone la mano en el corazón y te dice: “Aceptalo.” Estoy hablando de jóvenes que salen y dicen: “Nacha, gracias por tanto.”