La actriz y cantante, Nacha Guevara, dialogó con Jorge Fontevecchia en Radio Perfil sobre la indemnización que va a recibir por haberse exiliado durante el gobierno de María Estela "Isabel" Martínez de Perón, ante la amenaza de la Triple A.
¿Qué podés comentar públicamente sobre el fallo judicial y la indemnización que te otorgaron?
Tuve la suerte de compartir esa experiencia con vos y te elegí como interlocutor válido por haber vivido lo mismo. Si bien no se transmite, como las palabras o las emociones, hablarlo con alguien que también lo experimentó fue muy sanador para mí. Y te lo quiero agradecer. Me hizo bien, estoy más tranquila que la semana pasada, puse las cosas en el lugar que corresponden y estoy más aliviada, ocupándome de mi relación con el exilio. Lo único que firmé fue una notificación, para la cual apliqué hace 22 años, así que puede pasar mucho tiempo para recibir una reparación.
¿Por qué aplicaste hace 22 años y no al regreso de la democracia, cuando volviste a la Argentina?
La ley por la que pude aplicar no fue inmediatamente después del exilio, sino que salió hace 24 años. Esas cosas llevan su tiempo, porque tuve que hablarlo con la familia y no tengo respuesta para eso. En todo caso, la pregunta sería: ¿por qué demoraron 22 años en el fallo?.
¿Cómo podrías explicar qué fue vivir en el exilio y cómo el fallo te hizo revivir algo que podrías a llegar a tener obturado?
En el momento en que firmé la notificación sentí que estaban pasando todas las imágenes de una película, porque fue un shock emocional y hasta me puse a llorar en la oficina de Derechos Humanos. Me di cuenta que esa era una herida que no estaba cerrada y que, cuando uno tiene que dejar todo en 48 horas -que es todo lo que compone la identidad de uno- y tenés que irte con tres hijos chicos, no hay un tiempo para hacer un duelo por lo que se pierde.
Uno tiene que tirar para adelante y hacerse cargo de la situación familiar. De modo que un exilio es una muerte, aunque también puede implicar un renacer, pero ese momento no lo pude elaborar y se destapó al momento de firmar la notificación. Ahora estoy haciendo el duelo por todo lo perdido. Después, viendo la tristeza de los refugiados en Ucrania me sentí movilizada, porque no hay tiempo para sentir cuando uno tiene que exiliarse.
Una cosa es exiliarse siendo adulto, sea solo o en pareja, y otra es con tres hijos chicos. ¿Qué efecto provocó eso en el exilio?
Ese fue mi motor para irme, porque sin ellos no hubiera tenido la fuerza que tuve. Es posible que me hubiera arrepentido y deprimido, como le pasó a tantos. Pero ellos me empujaron para adelante y me hicieron cumplir con mi responsabilidad. Al mismo tiempo, me llevaron a lugares inesperados y a cumplir algunos sueños. Ellos lo viven como una experiencia de mucho crecimiento, donde se perdieron afectos y lo que más recuerdan son las noches previas a tener que cambiar constantemente de país. En todos nosotros queda una herida.
Dedicaste tu vida a la comunicación y Eduardo Feinmann dijo en su programa que "hay seis mil pesos para los jubilados pero 12 millones para Nacha Guevara". ¿Qué reflexión te merece, una respuesta como esa al fallo, y si se puede enlazar con la grieta en la que vivimos?
Lo que dice Feinmann habla más de él que de mí. Sí me apena el punto al que hemos llegado con ese odio por el otro. Si nos diéramos cuenta de lo que está produciendo eso en nuestras vidas podríamos establecer una sociedad más tolerante que nos permita avanzar. Así se retrocede. Esta es la era de la desigualdad, la estupidez y la ignorancia. Eso es lo que hemos creado y nos tenemos que hacer cargo.