Tras una semana durante la cual dejó de reconocer el aborto como una prerrogativa constitucional, revocó una ley que restringía el derecho de portar armas y permitió que fondos públicos sean utilizados para mantener escuelas religiosas, la Corte Suprema de Estados Unidos dictó sentencia a favor de un entrenador de fútbol americano que había sido despedido por rezar en el campo juego.
La mayoría conservadora del máximo tribunal, de seis contra tres, invalidó el despido de Joseph Kennedy, quien había supervisado durante siete años los equipos de una escuela secundaria pública de Bremerton, cerca de la ciudad de Seattle, en el Estado de Washington, antes de perder su trabajo.
Después de cada partido, el entrenador se arrodillaba para rezar en medio del campo, a veces acompañado por algunos de sus jugadores. También realizaba plegarias en el vestuario antes o después de los partidos.
En 2015, las autoridades de la escuela le pidieron que se abstuviera, citando un apartado de la Primera Enmienda de la Constitución que prohíbe al Estado y a sus empleados alentar una religión. Es decir, financiar o promover su práctica. Como Kennedy se negó, no le renovaron su contrato. Luego emprendió acciones legales, basándose en otra disposición de la Primera Enmienda que garantiza la libertad de religión y de expresión.
Estas dos disposiciones son regularmente objeto de disputas, pero la mayoría conservadora de la Corte Suprema, afianzada durante el mandato de Donald Trump, ha inclinado la balanza por seis contra tres, como en los fallos anteriores, a favor de los círculos religiosos.
¿Por qué es importante? Porque la decisión de la Corte podría fortalecer algunas prácticas religiosas en otras escuelas públicas en un país que se considera laico desde su fundación. En otra decisión, el Máximo Tribunal dictaminó que el Estado de Maine no puede excluir a las escuelas religiosas de un programa que ofrece ayuda para pagar la matrícula de la educación privada.
CB PAR