Otro país en crisis: Panamá. Varios sectores sociales se manifestaron en torno a una mesa de diálogo. Se trata de un nuevo intento de poner fin a las protestas por el alto costo de vida que estremece el país centroamericano desde hace tres semanas.
Entre los puntos figuran la rebaja y congelamiento del precio del combustible y de los alimentos, así como el abordaje de temas sobre transparencia en la administración pública y la corrupción.
El gobierno de aurentino Cortizo anunció el congelamiento del precio del combustible a US$3,25 el galón, así como de una serie de alimentos básicos, pero las medidas no mitigaron el descontento en las calles y los bloqueos de rutas.
Poco antes de que comenzara la mesa de diálogo, con la Iglesia Católica como mediadora, el presidente anunció que derogará dos leyes con las cuales otorgaba multimillonarios incentivos fiscales a la industria turística.
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También instó nuevamente a terminar con los bloqueos de rutas porque afectan la distribución de bolsas de comidas en la comarca, como se llama a las comunidades indígenas; a personas humildes que han perdido turnos médicos y a pequeños productores.
Las movilizaciones y cierres de carretera a lo largo del país, de más de cuatro millones de habitantes, han dejado desabastecimiento de alimentos en la capital. Las provincias del Occidente han sufrido falta de combustible y de insumos médicos, agroindustriales y de primera necesidad.
Los manifestantes acordaron el miércoles por la noche despejar temporalmente los principales puntos de corte en carretera Panamericana, que conecta con Costa Rica, para que camiones con alimentos, combustible e insumos lleguen a su destino.
Hombres armados les impedían avanzar. Fueron identificados por el gobierno, que ordenó el arresto de dos de ellos, aparentemente sus líderes. Los acusan de apología del delito en perjuicio del Estado.
CB PAR
