Miles de personas, entre ellos la escritora francesa que ganó recientemente el Nobel de literatura, Annie Ernaux, protestaron este domingo en París contra la inflación y exigieron más impuestos a las corporaciones. También condenaron la inacción del gobierno contra el cambio climático.
Los manifestantes acudieron al llamado de los partidos de izquierda y los sindicatos en su afán de aumentar la presión sobre el presidente Emmanuel Macron.
Las protestas coincidieron con las huelgas en depósitos de combustibles que provocaron escasez de nafta y diésel, irritando a los automovilistas y dejando al gobierno de Macron a la defensiva. El gobierno de Macron está también a la defensiva en el Parlamento, donde perdió su mayoría en las elecciones de junio.
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Eso le complica la vida a su alianza centrista para instrumentar políticas nacionales y discutir el presupuesto de 2023. En la protesta de ayer, el líder ultraizquierdista Jean-Luc Mélenchon, líder Francia Insumisa, dijo que Macron está frito y que su liderazgo está hundiendo a Francia en el caos.
Un reclamo signado por la violencia social
La llamada marcha por la vida cara reunió a unas 140.000 personas en París en medio de huelgas por la falta de combustible y una amenaza. La de una medida de fuerza que puede afectar el martes el tren, el subte y los puertos por la crisis energética, la inflación, la suba del combustible, el incremento de los alimentos en más de un 25% y el atraso de los salarios.
Le pidieron congelar los precios de los energéticos, los productos esenciales y los alquileres. También se opusieron a las recientes reformas en el sistema de pensiones. La marcha dejó vidrieras rotas, bancos y cajeros bancarios destruidos.
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También hubo enfrentamientos con la policía ocasionados por personas vestidos de negro con máscaras del mismo color. Un grupo ingresó en una sucursal del Banco Societé General. Dejaron las computadoras en la vereda.
AO PAR
