Tras dos semanas de negociaciones culminó este domingo en Sharm el-Sheik, Egipto, la cumbre del clima COP27 con un resultado dispar, según los propios participantes. Participaron 45.000 personas de casi 200 países.
Uno de los avances fue el acuerdo para la creación de un fondo para los daños y las pérdidas que ocasiona en cambio climático. Era uno de los temas centrales.
En síntesis, lo que se ha buscado desde hace tres décadas es que las naciones más ricas y que generan más emisiones de gases de efecto invernadero aporten recursos para costear los quebrantos de los países vulnerables y menos desarrollados.
Cambio climático: qué frena el acuerdo final del COP 27
Contó ahora con el visto bueno de Estados Unidos y la Unión Europea, pero aún falta definir cuáles naciones deberían contribuir al fondo y cuál será el destino del dinero.
El acuerdo propone que haya otro tipo de financiación además de los aportes de países ricos, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Estados Unidos y la Unión Europea mostraron su inquietud sobre China, ya que, por tratarse de un país considerado en desarrollo por la ONU, es elegible para recibir parte de ese fondo cuando, a su vez, el principal emisor de gases de efecto invernadero y una de las principales potencias económicas.
Las "pálidas" de la cumbre
Uno de los sinsabores que dejó la COP27 tiene que ver con los combustibles fósiles. Muchos gobiernos y activistas esperaban que se hiciera explícita la necesidad de reducir su uso gradualmente en el texto final, algo que, pese a los esfuerzos, no fue posible.
Pese a que, como lo reitera la ONU, se reafirmó el compromiso de limitar el aumento de la temperatura mundial a 1,5 grados Celsius para fin de siglo por encima de los niveles preindustriales, la meta es difícil de lograr si no se busca un camino para dejar de utilizar los combustibles fósiles.
La Tierra se encuentra en un gran aprieto: la temperatura media de la superficie terrestre ha aumentado alrededor de 1 grado.
Un mayor incremento podría tener consecuencias desastrosas: cambios climáticos extremos más frecuentes e intensos como inundaciones, tormentas tropicales, sequías u olas de calor.
BL PAR