Mientras culmina en Egipto la 27ª Conferencia de las Partes de las Naciones Unidas (COP27) sobre el clima, la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA) estimó que 90.000 europeos podrían morir cada año a causa de las olas de calor hasta finales de siglo si no se toman medidas para evitarlas.
Con un calentamiento de 1,5 grados centígrados, el objetivo del Acuerdo de París, esta cifra se reduce a 30.000 muertes por año. Entre 1980 y 2020, unos 129.000 europeos murieron de calor.
La combinación de olas de calor más frecuentes con al envejecimiento de la población y el aumento de la urbanización hace que los europeos sean más vulnerables a las altas temperaturas, especialmente en el sur del continente.
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La oficina europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS) anunció que al menos 15.000 muertes en Europa estaban directamente relacionadas con las graves olas de calor del verano de 2022.
El cambio climático también está haciendo lo suyo para que la región sea cada vez más susceptible a la aparición y transmisión de enfermedades infecciosas. Algunos tipos de mosquitos, vectores de la malaria y el dengue, permanecen más tiempo en Europa.
El aumento de las temperaturas también favorece la proliferación de bacterias en el agua, especialmente en el Mar Báltico, como las bacterias Vibrio, la más conocida de las cuales es responsable del cólera.
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Algunos datos:
Las temperaturas aumentaron en Europa más del doble del promedio mundial en los últimos 30 años.
El planeta se encamina hacia un aumento de la temperatura media de aproximadamente 2,5 grados para finales de siglo, lo que puede multiplicar la intensidad y frecuencia de los fenómenos climatológicos extremos, que, solo en Europa, causaron el año pasado pérdidas por más de 51.400 millones de dólares.
Las muertes relacionadas con el calor entre los mayores de 65 años crecieron un 68% entre 2017 y 2021 en comparación con las registradas entre 2000 y 2004. Una sequía como la de este verano en el hemisferio norte puede registrarse una vez cada 20 años.
Entre 3.300 y 3.600 millones de personas, casi la mitad de la población mundial, viven en contextos altamente vulnerables al cambio climático.Y la concentración en la atmósfera del dióxido de carbono, el principal gas que sobrecalienta el planeta, es la más alta en los últimos dos millones de años.
Por último, el 15% de las centrales nucleares y un tercio de las térmicas que precisan del agua para refrigerarse están en zonas que sufren estrés hídrico.
BL PAR