Roberto Lavagna, ex candidato a presidente, habló en Modo Fontevecchia y remarcó que los cambios “permanentes” en la Corte no dan “estabilidad” ya que repercuten en los inversionistas: “Cuando hay falta de permanencia en las normas nadie tiene tranquilidad, lo que hay son ventajas transitorias” expresó. Escuchá el programa por Radio Perfil FM 101.9 o mirálo por Net TV.
Usted dijo que federalizar la justicia daría paso a un "mercado de favores", ¿podría profundizar sobre este concepto?
Mi posición tuvo que ver no solamente con la Corte hoy, sino que está en la misma línea de lo que dije del Consejo de la Magistratura que es la idea de que se viene dando en la Argentina desde los años 90 de un permanente cambio institucional para lograr objetivos de corto plazo.
La idea de que la Corte tenga 25 miembros, con un representante de cada provincia, es como armar un Senado paralelo que no va a tener control como el que tiene el Senado actual respecto del equilibrio con la Cámara de Diputados. Me parecen riesgosos y no son cosas abstractas que no le interesen a la gente porque muchas decisiones económicas y sociales son afectadas por estos cambios institucionales.
¿En qué medida los problemas en la Justicia repercuten en la gestión económica y productiva de la Argentina?
Repercuten enormemente porque quienes hacen inversiones sienten que están en un escenario inestable donde las reglas del juego cambian permanentemente. Fíjese lo que se ha dado con el cambio constitucional, cuando se le da el subsuelo a cada una de las provincias, pero no todas las provincias tienen suelos ricos en minería o petróleo, pero sí suelos ricos que conforman el sector agroganadero. ¿Qué criterio tiene este acuerdo de haber provincializado el subsuelo? Algunos reciben grandes cantidades de dinero, hay provincias muy ricas y otras, a pesar de tener una producción importante, no tienen ningún tipo de beneficio. Esto es más un desguazamiento del país que medidas con sentido político y social que den estabilidad al país como para mejorar las inversiones y el empleo.
Usted denunció el capitalismo de amigos, ¿en qué punto esto es funcional a una Justicia que, a su vez, es funcional a eso?
Los poderes no están distribuidos de manera igualitaria. No es lo mismo un ciudadano de a pie que las grandes corporaciones. El poder político está para equilibrar e intentar que la sociedad tenga una representación equilibrada de los intereses de todos. El poder político puede cumplir o no con este objetivo. De hecho, en las últimas décadas, no se ha cumplido con esa función. Los últimos gobiernos fracasaron en mejorar la vida de los ciudadanos. Esto se ha hecho más complejo que hace tres o cuatro gobiernos atrás.
Usted planteó que tenía consecuencias económicas graves y una Justicia que se modifica con objetivos de corto plazo que desalentó las inversiones, porque la percepción de una falta de seguridad jurídica en inversiones que requieren retorno a largo plazo hace que los empresarios no inviertan. Aquellos que se quedan invirtiendo, ¿son los que pueden tener algún grado de tranquilidad o cercanía con el poder y, por eso, está el capitalismo de amigos? ¿Hay una interrelación entre un tema y el otro?
Los inversores no tienen tranquilidad. Cuando hay falta de permanencia en las normas nadie tiene tranquilidad, lo que hay son ventajas transitorias. Quienes invierten hoy son aquellos que tienen la posibilidad de tener garantizadas tasas de rentabilidad muy elevadas durante un cierto tiempo. Cuando el riesgo país es de 1800 puntos significa que la rentabilidad tiene que cubrir por lo menos el 18% anual en moneda dura para recién empezar a pensar en la inversión. Esto no dura mucho tiempo. Hay sectores beneficiados como el petrolero. Con este Gobierno, las conquistas son transitorias y eso también tiene que ver con la inflación.
O sea que sólo se toman decisiones que puedan ser rentabilizadas en un período corto...
Exactamente. Los empresarios piensan en el corto plazo de dos años, pero un país tiene que tomar decisiones de inversión por lo menos a 10 años como con el tema del gasoducto.
¿Cuál es su opinión sobre los ruidos sobre el gasoducto?
Ruidos hay permanentemente. Algunos tienen una razón más o menos seria y hay otros que son razones simplemente políticas. La Argentina de los últimos años, incluso las oposiciones, mostraron poca capacidad de pensar en un país de mediano y largo plazo.
Finalmente, le propongo dejar una reflexión sobre lo económico o sobre el país...
Yo sugeriría a los argentinos que no se dejen sumergir en esta enorme y permanente cantidad de declaraciones. Me han reclamado que yo hablo poco y tiene que ver con evitar esa catarata permanente. Los argentinos tenemos que pensar en resultados y que cada vez, que se oigan promesas en blanco, se pregunten quien las hace y si, en ese momento, está mejor que hace un tiempo atrás o si llega a fin de mes. Se trata de que cada ciudadano sea capaz de medir cuál es su situación para tomar decisiones políticas.
CB PAR