En el diario Perfil se contó que Roberto Lavagna estaba muy activo. Aunque volvió a ser abuelo hace unos meses y cumplió 80 años –festejó junto a su familia en su casa en Cariló–, el ex ministro de Economía volvió a estar en el centro de la escena política. Como adelantó Perfil, Lavagna salió de su chacra en Cañuelas, donde cría toros, para comer con Alberto Fernández. Y desde entonces los rumores se dispararon: ¿lo quiere de reemplazo de Martín Guzmán?
Es verdad que el primero que pensó el Presidente para ese puesto fue Lavagna. En el 2019 le pidió dos o tres veces que sea su ministro de Economía, y recién ante la insistente negativa salió a buscar a otro candidato que terminó siendo Guzmán. Luego le ofreció la presidencia del Consejo Económico y Social, convite que volvió a rechazar.
Las razones no variaron en ninguno de los dos casos: la negativa viene de la mano de su edad -aunque todos los que lo tratan aseguran que parece de veinte años menos, y que sigue caminando 10 kilómetros todos los días-, de lo complejo de la tarea en este país en continua crisis y, sobre todo, de la falta de integridad del frente político. En especial lo que más preocupaba -y preocupa- al ex ministro es su histórica relación tirante con Cristina Kirchner. Un ejemplo de eso: la última vez que habló con ella fue cuando murió Néstor Kirchner, para hacerle llegar su pésame.
Que venga el bombero, aunque esté en chancletas
De hecho, de todo esto habló, según pudo reconstruir Perfil, en su comida con Alberto. Además de compartir sus preocupaciones por el rumbo del país, y felicitarlo por el acuerdo con el FMI -tarea para la cual el ministro no solo mantuvo un contacto previo con el Presidente sino que ayudó en el articulado de la ley a Sergio Massa, que incluso fue a verlo a su chacra-, Lavagna le aseguró que para ordenar el rumbo de la economía primero hay que ordenar el político.
De ahí surgieron cientos de rumores: ¿le ofreció la candidatura? Cerca de Lavagna lo niegan, repiten que ya en el pasado Roberto negó esa posibilidad, aunque algunos de su entorno alimentan la suspicacia. “Aunque hubiera existido esa oferta jamás lo confirmaríamos, lo que es una charla en el ámbito privado es eso, privado”, dicen.
La movida tendría una lógica: en medio de tanta interna y tanta resistencia a Guzmán, nombrar a alguien como Lavagna sería salir por arriba de la crisis, designar a alguien respetado por todas las tribus. Cerca del ex ministro, sin embargo, lo descartan de cuajo. Parece que está más cerca de salir a pasear con las sandalias con medias que retrató la revista Noticias y cuya foto quedó en la historia.
AVS PAR
